Me alegro por Evelyn, pero… ¿quién le hace justicia al bebé?

Soy padre de dos hijos que siempre recuerda su venida al mundo, su llanto, sus primeros pasos y sonrisas, sus balbuceos y las esperadas “papá” y “mamá”. Por eso me quiebro de pensar en el llanto y la angustia de los bebés sintiéndose asesinados por quienes los tenían aferrados a sus entrañas.

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Bryan Gil Hurtado celebra uno de los goles que le anotó a Isidro Metapán en la fecha 15 de la LMF. Foto EDH / Yessica Hompanera

Por Mario González

2019-10-25 6:49:21

Me alegra mucho la noticia de que Evelyn recuperó su libertad, después de ser condenada bajo cargos de asesinar a su hijo al no más nacer. Mis felicitaciones, porque logró aglutinar a mucha gente en favor de su causa y ahora podrá rehacer su vida.
No le deseo a nadie pasar 30 años en la cárcel, máxime a una joven que está comenzando a vivir. Lo más importante es que aproveche esta oportunidad que le da la justicia, se prepare académicamente y sirva a sus semejantes, sobre todo me gustaría que lo hiciera con madres e hijos abandonados.
Lo que no me trago es ese argumento que de que, con tantos y tan manifiestos cambios fisiológicos, haya mujeres que “no saben que están embarazadas, que quedan inconscientes durante el parto y los bebés solitos buscan caerse en letrinas al sólo nacer y morir por aspirar excrementos”.
Menos aceptable es que organizaciones que dicen defender los derechos humanos se presten a vender esas ideas y presentar como heroínas a las acusadas de parricidios.
Más repudiable me parece la posición de colegas que pretenden torcer sus notas con juegos de palabras, retruécanos y medias verdades, para disfrazar asesinatos de niños indefensos. Es claro cómo en sus notas se mueven entre los términos de aborto y homicidio para confundir, cuando realmente no han sido abortos sino crueles asesinatos. Si no, pregúntenles a los médicos forenses o vean sus informes.
Como les repito, me gustaría que algún especialista serio y sin intereses mezquinos ni coartadas de salas de jurado me explicara cómo un recién nacido puede ahorcarse él solo y lanzarse a una pestilente letrina llena de excrementos.
No traten de darle vuelta a la realidad y decirnos que hace un día soleado cuando cae un gran aguacero, como hacía sin ninguna vergüenza Sánchez Cerén cuando le decían que estaban matando policías y él, con toda desfachatez nerónica, respondía: “No es cierto… ese es un invento de los medios”.
Es decir, para mí es un insulto que organizaciones financiadas desde el exterior y colegas, con línea o sin ella, me quieran hacer creer que nadie intentó asesinar a recién nacidos, sino que fueron ellos solos los que buscaron morirse. Si no fueron sus madres en esos casos y como lo demostró la justicia y la ciencia forense, ¿entonces quiénes?
Y, aclaro, no me interesa que refundan en la cárcel a nadie, sino que cesen esos crímenes y esas campañas de justificación.
Lucharon por liberar a Evelyn y a las demás, pero ¿quién se preocupa por hacerle justicia a los indefensos bebés estrangulados o lanzados vivos a inmundas letrinas?
¿O es que ellos no merecen que los autores de sus muertes paguen y que su sacrificio sirva para respetar las vidas de otros que vienen en camino?
Soy padre de dos hijos que siempre recuerda su venida al mundo, su llanto, sus primeros pasos y sonrisas, sus balbuceos y las esperadas “papá” y “mamá”. Por eso me quiebro de pensar en el llanto y la angustia de los bebés sintiéndose asesinados por quienes los tenían aferrados a sus entrañas.
Por la memoria de estos inocentes, no me vengan a vender coartadas ni engañen a mi pueblo.

Periodista