Hechos (13): ¿Hacia el desarrollo?

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por Manuel Hinds

2021-02-02 8:25:43

Después de todos los fracasos que ha tenido el presidente, ¿sería posible que enderezara su gobierno?
El daño económico causado por los cierres arbitrarios de empresas y acosos continuos a muchos empresarios, especialmente en las exportaciones, ya lo hizo. Su obligación es repararlo.

El mercado de Estados Unidos presenta una oportunidad de oro para hacerlo. Ese país está abandonando gran parte de sus suplidores en lugares lejanos, como Asia, para sustituirlos con suplidores en lugares cercanos, como El Salvador. La industria textil está lista para tomar esta oportunidad, que el BID está apoyando, y hay oportunidades similares en otros sectores. Entre todos, pueden generar un enorme aumento en la producción, las exportaciones y el empleo, en el corto plazo.

Pero para eso necesitan la cooperación del gobierno, que debe dejar de ver solo al pasado, resolver muchos cuellos de botella que impiden el desarrollo del sector exportador, e inyectar positivismo, no odios y destructividad, que ahuyentan a potenciales inversionistas. Fundamentalmente, tendría que aceptar que no tiene el poder absoluto y respetar los pesos y contrapesos de una sociedad democrática.

Adicionalmente, en vez de estar viendo hacia el pasado para denigrarlo, el presidente debería de ver al futuro y empujar un proceso de cambio que lleve al país a su pleno desarrollo. La causa fundamental por la que El Salvador (y toda Latinoamérica) está estancado en su desarrollo es la falta de capital humano. Como se ve en la gráfica anexa, dentro de la región, los que más han crecido son los que han invertido más en su gente a través de educación y salud. Igual pasa afuera de ella.

El solo aumentar los presupuestos de estos rubros año con año no va a resolver este problema. Lo que se necesita es lanzar un programa que acompañe una generación entera desde su gestación hasta su educación superior, con reformas que aseguren que todas las generaciones subsiguientes recibirán una inversión igual.

Así en un par de generaciones se puede lograr un salto en capital humano similar al que realizó Costa Rica en la segunda parte del siglo pasado. Esto sería caro, pero menos caro que mantener la ignorancia, y menos caro que lo que ya ha gastado el gobierno con los tres mil millones de dólares que ha botado.

Máster en Economía

Northwestern University