¿Qué sucederá con el ejército de zombis que arrastran los líderes de la revuelta global?

La lucha sin cuartel por cambiar todo aquello que no entre en su ideario y la ilusión de ser partícipes de una revolución los ha llevado al camino de la lobotomización. Pero ya veremos lo que sucederá cuando los que pongan las directrices a seguir dejen de ser partícipes de esta gran bola de nieve.

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Con la reconstrucción del caso, las autoridades determinaron que Mejía caminaba por la zona en estado de ebriedad, perdió el equilibrio, se resbaló y cayó al fondo de la alcantarilla. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Alonso Correa

2021-05-12 5:28:43

Una mentira repetida mil veces en ocasiones se puede convertir en verdad. Las fuertes raíces de un engaño, en algunos casos, se pueden llegar a adherir a la psique de un grupo y estas creencias implantadas son las más difíciles de retirar del discurso. La artificialidad y lo difícil que puede ser defender estas ideas hace que los seguidores de esta homilía internalicen las frases tal cual las aprendieron sin pasarlas por el filtro de la razón.
Pregúntense ustedes acerca del porqué de la homogeneidad de los discursos, del motivo que hila todos los movimientos bajo un solo manto de conceptos. Todos parecidos, con la sola distinción de la cultura a la que llega. Y la responsable de esparcir las esporas de estos pensamientos ha sido la asombrosa capacidad que tiene Internet para llegar a los rincones más alejados del globo.
Ha sido rápida la propagación del terror, del miedo a la sociedad, a lo conocido, del desagrado a lo occidental. Se ha vendido a un público dócil e inocente el concepto del odio al “antipueblo”, a aquellos que no comulguen en la misma secta. Se ha creado una profunda trinchera entre creyentes y no creyentes donde ya se han quemado todos los puentes y cualquier tipo de diplomacia entre ambos bandos se tacha con innumerables adjetivos.
Porque ya estamos viendo los estragos que causan estas nocivas ideas. Miles, tal vez millones, de jóvenes ahora le temen a todo lo que esté fuera de su hermético mundo ficticio. Rehúyen aquello que les obligue a pensar fuera de las cuatro oraciones que tienen marcadas a fuego y les parece vomitivo el que se les “impongan” restricciones a su sueño dorado: el no tener que esforzarse.
Los ejemplos resaltan a simple vista. Ya en alguna ocasión escribí acerca de esto, de cómo las nuevas generaciones han caído en un bucle de decadencia. Una gran porción de la juventud se está encariñando con la holgazanería disfrazada de modernidad, con la drogodependencia camuflada de necesidad y con la demolición de los pilares de nuestra comunidad cubierta por las llamas de la revolución. Estas son las tres heridas por las que se está desangrando el futuro. Porque no serán pocos los que no cambien jamás su modo actual de pensar.
Veamos más a fondo las tres ideas que he planteado. La haraganería se ha puesto de moda; ya no son una minoría los que deciden dejar de lado la búsqueda de un empleo o vocación para poder darle alas a su fantasía de no tener responsabilidades, parasitando la buena voluntad de los que los rodean. El crecimiento en las enfermedades mentales ha venido de la mano con un aumento en las recetas para medicamentos psiquiátricos que anestesian la realidad. Hoy no son pocos los médicos que los recetan a pedido del paciente, sin asegurarse de que son necesarios. Pero el punto más dañino, el más nocivo para los años venideros, es el derrumbe y el rechazo de la norma incómoda. La lucha sin cuartel por cambiar todo aquello que no entre en su ideario y la ilusión de ser partícipes de una revolución los ha llevado al camino de la lobotomización.
Pero ya veremos lo que sucederá cuando los que pongan las directrices a seguir dejen de ser partícipes de esta gran bola de nieve. ¿Qué sucederá con el ejército de zombis que arrastran los líderes de la revuelta global? ¿Cómo se defenderán los que no entienden lo que dicen? Esa será la perdición de este movimiento. Porque son incapaces de pelear fuera de las calles, lejos del fuego y los vidrios rotos; alejados de los berrinches y las lágrimas. [©FIRMAS PRESS]

*Escritor panameño.