No debemos olvidar la tragedia que implica padecer de cáncer en un país con unas prioridades totalmente equivocadas. Por el momento se está elaborando el proyecto de ley para el control del cáncer.
No solo de buenas voluntades se enfrenta el cáncer, tal como un atinado comentario que hizo una señora sobre el color rosado que se pinta San Salvador como un recuerdo en el mes dedicado al combate del cáncer de mama, pues de nada sirve que una capital esté pintarrajeada si en un hospital no se dispone de lo elemental para la detección oportuna del cáncer de mama, como es un ultrasonógrafo. Debe comprender el lector que todas las afecciones cancerígenas deben tener la misma prioridad que el cáncer de mama: todos destrozan al grupo familiar y un imperativo es la inversión en la detección, abordaje y tratamiento del cáncer en El Salvador. Se debe buscar alternativas reales para que se disponga de un presupuesto para el cáncer y que fondos donados por la Unión Europea sean incorporados al presupuesto de la Nación y se destinen para tan noble fin bajo la supervisión estricta de las agencias donantes.
Debe la Comisión de Salud de la Asamblea Legislativa darle el seguimiento y presentar este proyecto de ley con la menor brevedad posible. No podemos demorar más y debemos eliminar todo tropiezo burocrático para que se disponga de una comunicación directa con el Ejecutivo para abordar todo lo relacionado con el cáncer.
El Salvador pasa por momentos difíciles; sin embargo, no son excusas para relegar al cáncer a un lejano y olvidado lugar cuando los que laboramos en salud y hemos tenido familiares que fallecieron a causa del cáncer sabemos lo desgarrador y devastador que se tiene que vivir desde que se descubre la enfermedad hasta la muerte del paciente.
Y debemos ver más allá: el cáncer en el área rural pareciera que no existiera cuando es ahí donde ocurren la mayor cantidad de muertes, pues lo inaccesible de los lugares hace que el paciente desista de recibir el tratamiento oportuno. Y no podemos olvidar la pobreza que golpea al país y que hace casi imposible viajar a San Salvador, pues en su mayoría las personas que residen en el área rural no disponen de un lugar donde dormir y menos el dinero para pagar hospedaje. Es ahí donde suceden dramas como una madre que adolece de cáncer de mama y su hijo de diez años sufre leucemia y ella en su tragedia debe ir a su radioterapia y a la vez cuidar a su hijo. Quizá esta es una realidad que no se conoce y que es la más dura de todas, donde la pobreza detiene cualquier intento por recibir el tratamiento.
Es un llamado para las autoridades de salud vigilar se logre este propósito. La lucha contra el cáncer debe recibir suficientes recursos económicos para que todo salvadoreño sepa que si la enfermedad se aborda en sus primeras etapas hay mucha oportunidad de detener y erradicarlo. Dinero hay; sin embargo, pareciera no importar. Un país que mantiene una Fuerza Armada con un altísimo presupuesto mientras las instituciones que velan por la salud del paciente deben hacer milagros con lo poco que disponen.
Voluntad de hacer grandes cosas se tiene en los responsables de las instituciones que atienden a pacientes con cáncer; sin embargo, se necesita no solo voluntad sino dinero para salir adelante. Mucho del drama que viven los pacientes es la escasez de medicamentos, de profesionales especializados y poco a poco se debe descentralizar la atención del cáncer y que un paciente que vive en un remoto caserío de La Unión sepa que no tendrá que vivir un calvario para llegar a San Salvador. Debe ser atendido en un hospital en su departamento y eso conlleva destinar fondos económicos para llevar a cabo un sueño para muchos que se debe convertir en una realidad. A pesar de la crisis económica que vive el país se debe apostar a la prevención y en el diagnóstico ágil y oportuno para que el paciente reciba el tratamiento con la mayor brevedad. El cáncer no perdona, es una tragedia como los que lo hemos vivido en nuestros seres queridos.
Que la Asamblea Legislativa agilice el proyecto y que la Ley para el control del cáncer sea una realidad y que médicos entregados a esta lucha tengan el apoyo requerido. El tema de la lucha del cáncer debe ser parte de la agenda nacional y tener claro el horizonte para que sea una realidad.
Médico.