Este lunes pasado, 19 de octubre, fui recibido por la Comisión de Salud de la Asamblea Legislativa para escuchar sobre el grave problema del cáncer en el país, de lo cual he venido hablando en las ultimas ocho semanas insistentemente, y antes, desde hace mucho tiempo, por todos los medios de comunicación.
Después de mi exposición, todos los miembros de la Comisión en forma unánime, fueron totalmente receptivos y cada uno expresó su completo apoyo a la lucha contra el Cáncer y a las medidas contempladas en el Programa de Control del Cáncer ya elaborado. Ante los estragos de dicha enfermedad, que es todo un desafío, los miembros de la Comisión lo asumieron todos ellos como propio y decidieron elaborar con la brevedad posible un anteproyecto de ley, para salir al paso del desastre anunciado que hemos visto llegar desde hace mucho tiempo y que se ha ido agravando año con año.
El cáncer, no me cansaré de repetirlo, es la segunda causa de muerte en el país; uno de cada cinco salvadoreños muere de cáncer; uno de cada cuatro, está bajo considerable riesgo de desarrollar la enfermedad; uno de cada diez podría morir de cáncer antes de cumplir 75 años de edad. Todos, sin excepción, hemos sido o seremos afectados por el cáncer, ya sea personalmente, en la familia, en los amigos o en los compañeros de trabajo.
Así las cosas, ante las cifras presentadas y ante las alarmantes perspectivas, todos ellas respaldadas por los más importantes Organismos Internacionales, la Comisión se mostró muy dispuesta, en el menor tiempo posible, a presentar al Pleno el más que preocupante y sombrío panorama, que pueda llevar al consenso multipartidista para la elaboración del proyecto de ley, que con el acuerdo y apoyo del Poder Ejecutivo, conduzca a la voluntad y decisión política de utilizar todos los medios necesarios para salir al paso y ponerle cerco a la mortal enfermedad.
Se tiene una capacidad instalada, un recurso humano disponible y un Programa de Prevención y Control del Cáncer, con lo cual podría comenzarse a trabajar sin mayor pérdida de tiempo. Este es un TEMA DE NACIÓN de tanta importancia, que no debería admitir dilaciones en discusiones bizantinas y estériles. No es el momento, ni deberá serlo, de dirimir responsabilidades. El problema y la deuda son históricos, de muchos años y de muchas administraciones, y no se trata de hacer señalamientos que no contribuirían a llegar a un consenso.
En todo caso, la administración actual, en su Viceministro de Salud, Dr. Carlos Alvarenga, tuvo a bien reunirse conmigo el 11 de noviembre de 2019 y el 17 de enero de 2020, justo antes de la pandemia del COVID. El Dr. Alvarenga se mostró muy preocupado y sensible a la situación imperante. Quedó planteada una tercera reunión que prometía muchas esperanzas y disposiciones para enfrentar el flagelo del cáncer . Lamentablemente estalló la pandemia y ya no fue posible esa reunión prevista.
Ahora, son Uds., Sr. Presidente, Sr. Ministro, Sres. Diputados, todos imbuidos de un sentido de misión y de un orgullo de pertenencia a los entes Legisladores y Ejecutores, con la capacidad absoluta de, históricamente, por primera vez,enfrentar el desafío del cáncer y ponerle cerco a esta grave enfermedad. Los enfermos, sus familias y la Patria entera se lo reconocerán por siempre agradecidos.
Sr. Presidente de la República, Sr. Ministro de Salud, Sres. Diputados de la Asamblea Legislativa….en sus manos queda hacer lo debido…y que la Patria les premie o les demande.
Oncólogo , Experto Consultor Asesor