Pareciera que al cáncer en nuestro país se le trata como a una enfermedad común y sencilla,como una gastroenteritis que en un par de días estará resuelto; sin embargo, no es así. El cáncer mata, no respeta edades, sexo, clase social. Mientras tanto, nos convertimos en simples y pasivos espectadores frente al drama del paciente y su familia presente todos los días.
Esto nos debe hacer reflexionar y tratar a ese paciente con el mayor esmero, rigor científico y honradez; mientras no exista políticas públicas coherentes y un presupuesto adecuado poco se habrá hecho, no solo se necesita voluntad sino una logística que dé al paciente las mejores posibilidades de curarlo; no es fácil, el cáncer es agresivo y letal.
Nuestra realidad económica es un agravante pues cualquier examen de laboratorio o de gabinete solicitado a un paciente, resultará oneroso para realizar lo que lleva a un drama en ese grupo familiar donde esperar la muerte es lo único que queda.
Nuestro sistema de salud siempre ha sido injusto y esto debemos cambiar, pues por un lado tenemos a pacientes que gozan de la protección del Seguro Social, seguro médico privado, cobertura de Bienestar Magisterial, mientras en el otro extremo tenemos a pacientes que no logran la atención adecuada. Eso trae como consecuencia que muchos pacientes fallezcan ante la imposibilidad de recibir una atención digna y oportuna por el acceso a los servicios de salud; solo el que conoce un poco de la realidad que vive un paciente en el área rural lo entenderá, pacientes falleciendo en sus casas sin recibir una atención médica, comprando analgésicos potentes cuando la situación económica lo permite.
Recientemente El Diario de Hoy publicó algunas señales de alerta que retomo pues cualquier lector debe estar atento a ellas: el aparecimiento de una pelota, tumor en cualquier sitio; llagas o heridas que no cicatrizan; cambios de ritmos o hábito intestinal o urológico, diarreas ocasionales; pérdida de sangre o secreciones anormales en orificios del cuerpo (boca, oídos, nariz, ano, vagina, etc.); dificultad para tragar; cambios no justificados en verrugas o lunares, de repente empieza a crecer, pica o sangra; ronquera o tos persistente. Cuando una persona presente alguno de estos síntomas debe buscar ayuda.
Debemos apostarle a la prevención y no esperar a que avance; hay gran probabilidad de lograr un abordaje en las primeras etapas de la enfermedad. Quizá el mayor temor causa en nuestra sociedad sea el de mama o el de útero; sin embargo, el cáncer avanza en diferentes órganos y cada día tenemos más casos de cáncer de próstata, colon, recto, vejiga, cerebro que sin una detección oportuna su letalidad es enorme; debe el lector buscar ayuda profesional, no tener temor o prejuicios, ya que debemos apostar por una detección oportuna.
Sabedores de un sub-registro en el número de personas fallecidas que apenas queda un número más, difícilmente esas estadísticas lleguen al MINSAL, y pareciera una enfermedad que no está tan presente se ocultan cifras o realmente se desconoce la verdadera tragedia como ha pasado con los datos del #Covid_19, lo que trae como consecuencia una falta de información que ayudaría a darle el seguimiento a un paciente y a sus familiares.
El ente rector de la salud debe ser el garante que el paciente reciba el tratamiento adecuado; así como se repartieron canastas que de solidarias no tienen nada, así, se debió enviar el medicamento a sus casas a los pacientes con cáncer durante esa larga cuarentena.
Debe ser un imperativo que el MINSAL busque la manera de agilizar que el tratamiento no falte, evitar esas largas filas pues solo el paciente sabe su estado, sentir, su angustia y fatiga. Muchos hogares salvadoreños viven el drama del cáncer y no es fácil, es el grupo familiar que se ve atacado y debemos recalcar que es una enfermedad que ataca a niños, jóvenes y adultos; es agresivo pero si se detecta a tiempo, las probabilidades de vida mejoran y este es trabajo del MINSAL y de todos los que forman parte del sistema de salud. Hay tanto para investigar y tener nuestras propias conclusiones dejando mi mirada hacia el Instituto Nacional de Salud donde se pueden desarrollar dichas investigaciones.
Médico.