Los Soprano de 1999 en El Salvador del 2019

Sin mucho reparo, mi contraparte puso en duda la actual reducción en las estadísticas de homicidio, haciendo un paralelo entre las pandillas de El Salvador y las mafias como la de Tony Soprano. Reflexionó que a las pandillas les conviene ser invisibles, más si tienen algún trato con las autoridades

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El argentino Gabriel Batistuta, también temible delantero de la Fiorentina

/ Foto Por Archivo

Por Carlos Ponce

2019-09-17 6:20:43

Tengo la fortuna de contar con unos cuantos amigos médicos. Todos, sin excepción, se han quejado más de alguna vez de alguien que les ha pedido un diagnóstico en un lugar inapropiado. Recuerdo, por ejemplo, que uno me contó que se había encontrado a una amistad en común en la cola del supermercado. Esta persona, sin muchos tapujos, le comentó que tenía una erupción en la espalda, se levantó la camisa para enseñársela y pidió su opinión. Algunos médicos ven el lado gracioso de estas situaciones y a otros realmente les molestan.

Es normal que la gente consulte a conocidos su opinión sobre el tema de su especialidad. A mí, por ejemplo, siempre me preguntan sobre algún evento criminal o la situación de inseguridad en general. Aunque a algunos colegas no les gusta involucrarse en este tipo de conversaciones, a mí me encanta porque me da la oportunidad de esculcar la percepción de la persona con la que interactúo. Disfruto mucho observar el comportamiento y analizar la percepción de cualquier persona. Observar y examinar la conducta humana es fascinante. Nunca pierdo la oportunidad para hacerlo.

Hace unos días, por ejemplo, tuve una breve conversación con una persona con la que comparto una vieja y estrecha amistad. Disfruté mucho recordar nuestras vivencias a finales de los Noventa. Entre carcajadas y miradas al aire haciendo memoria, repasamos las locuras, preocupaciones, aspiraciones y gustos de esa época de nuestra vida. Sin embargo, nuestra conversación pronto nos llevó a hablar sobre la inseguridad en el país.

La plática se desvió cuando empezamos a recordar la serie televisiva “Los Soprano” que debutó en 1999. El programa se centraba en un mafioso de Nueva Jersey, Tony Soprano, su familia y organización criminal. Trajimos el tema a colación porque su creador, David Chase, está haciendo una precuela.

Recordamos un episodio particularmente entretenido titulado “Pine Barrens,” que se enfoca en Paulie Walnuts y Christopher Moltisanti, capitán y sobrino de Tony Soprano, respectivamente. Ambos visitan a un personaje vinculado con el crimen organizado ruso para cobrarle una deuda. La situación se complica, se da una trifulca y Paulie y Chistopher dan por muerto al deudor, lo meten en la cajuela del carro y se dirigen a Pine Barrens, un área boscosa, nevada y desolada de Nueva Jersey, para deshacerse del cuerpo.

Al llegar se dan cuenta que el ruso no estaba muerto, así que deciden darle una pala para que cabe el hoyo en la nieve donde lo enterrarán después de asesinarlo. Lo que Paulie y Chirstopher no sabían es que el deudor era un exsoldado de las fuerzas especiales rusas. Como era de esperarse, cuando le dieron la pala, el ruso la ocupó para neutralizar a sus captores y escapar. Aunque este es solo el principio del capítulo, allí termino nuestra remembranza de la serie.

La situación se prestó para reflexionar sobre las personas desaparecidas en El Salvador, enterradas en tumbas clandestinas. Mi contraparte repentinamente lamentó “quién sabe cuántas personas se encuentran diariamente en situaciones similares en nuestro país y no pueden escapar”. Aunque pidió mi opinión al respecto, antes de darla aproveché la oportunidad para indagar más sobre su percepción del tema. Sin mucho reparo, puso en duda la actual reducción en las estadísticas de homicidio, haciendo un paralelo entre las pandillas de El Salvador y las mafias como la de Tony Soprano. Reflexionó que a las pandillas les conviene ser invisibles, más si tienen algún trato con las autoridades. Aunque las encuestas indican que la mayoría piensa diferente, sin duda hay personas en quienes el Gobierno no ha logrado disipar el escepticismo, las dudas y sospechas. El tiempo dirá quién tiene la razón.

Criminólogo

@_carlos_ponce