Los diputados en la mira

Los ciudadanos que votamos por ellos tenemos derecho a exigir un comportamiento que vaya de acuerdo con la representación del pueblo que ellos ostentan.

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Jugadores de Municipal y Xelajú se agarraron a golpes en pleno partido de la Liga Nacional de Guatemala. Foto Tomada de Twitter de Marco Tulio Ipuerto

Por Teresa Guevara de López

2019-10-05 9:51:55

Aunque frecuentemente los diputados de la Asamblea Legislativa son objeto de crítica y ostentan el último lugar en la evaluación de la población, hay momentos en que cobran protagonismo, y no precisamente por el fiel cumplimiento de su deber.

Recientemente los legisladores se superaron a sí mismos, cuando el diputado Zablah, de GANA, y su colega Handal, del FMLN, durante una sesión plenaria, montaron uno de los espectáculos más vergonzosos de que ha sido escenario el Salón Azul, cuando Zablah culpó a dos diputadas del FMLN de autorizar cada martes el ingreso de asociaciones que llegan a protestar ante la Comisión del Medio Ambiente e incluso darles implementos como carteles y pancartas. Esto degeneró en un agarrón adornado con insultos de la peor índole, video que pronto circuló y se hizo viral en las redes sociales. ¿Y es esta clase de gente que representa al pueblo y a quienes pagamos sueldos y prestaciones que no merecen?

Al iniciar la discusión sobre el presupuesto de la Asamblea para el próximo año, el presidente Quijano solicitó el compromiso de todas las fracciones para equilibrar su planilla de personal, de acuerdo con el número de diputados. Y aquí nuevamente ardió Troya porque las fracciones del PCN y GANA registran un mayor aumento de personal y gasto en salarios, comparado con los años 2018 y 2019, aunque esto parece ocurrir en todos los partidos.

El PCN, con 9 diputados, tiene 228 empleados, habiendo contratado 80 más, lo que supone un gasto mensual de $72,029. GANA, con 10 diputados, tiene 269 empleados, con un gasto de $273,984.14 mensuales. ARENA, con 37 diputados, tiene 400 empleados, con un gasto de $463,479. El FMLN, con 23 diputados y 31 empleados, gasta $32,688.39. Resulta que en promedio, cada diputado cuenta más o menos con 10 empleados, siendo imposible averiguar qué funciones desempeña cada uno y en qué espacio físico de la Asamblea cabe tanta gente.

Uno de los rubros que más abultan el presupuesto de la Asamblea, es el de alquileres, en diversos y muchas veces lujosos edificios de la capital porque el Palacio Legislativo no ofrece condiciones de seguridad, lo que no es de extrañar dado el exagerado número de empleados que tienen todas las bancadas y lo exigentes que son para la instalación de sus respectivas oficinas: lujosas, con equipo sofisticado, a pesar de la difícil situación del país y que la mayoría de ellos no permanecen en su lugar de trabajo las 8 horas reglamentarias.

Indigna que se mantengan en el presupuesto gastos de comidas, refrigerios, sesiones en hoteles de playa y montaña, gastos de representación, viajes que no suponen un beneficio para el país y de cuyas actividades jamás presentan un reporte del contenido de las reuniones asistidas y de los gastos incurridos en misión oficial.

Para que el Salón Azul continúe como escenario de grotescas comedias que rayan en la vulgaridad, Carlos Marroquín, Director de la Unidad de Reconstrucción del Tejido Social, se negó a pedir disculpas a diputados de ARENA y FMLN a quienes responsabilizó en una entrevista televisiva, del reciente aumento de homicidios. Justifica que según el artículo 11 de la Constitución “las declaraciones que se obtengan sin la voluntad de la persona carecen de valor”, y que él sólo se pide perdón a Dios. Siendo Director de la Unidad de Reconstrucción del Tejido Social, sus criterios no lo avalan como la persona idónea para desempeñar tan delicada función.

Los ciudadanos que votamos por ellos tenemos derecho a exigir un comportamiento que vaya de acuerdo con la representación del pueblo que ellos ostentan.

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