La pregunta fundamental de este siglo, no solo para los líderes gubernamentales de cada país, sino también para los líderes de Naciones Unidas, instituciones de desarrollo financiero y la cooperación internacional es: ¿cómo desarrollar a los países con una visión de largo plazo que permita erradicar de raíz a la pobreza, con recursos limitados?
Responder a esta pregunta no es sencillo. Fórmulas de eliminación de la pobreza extrema conectadas a planes de desarrollo económico varían de país a país. Y, han sido diseñadas, ejecutadas y revisadas en las últimas décadas. Al final la única respuesta consistente es que no hay una única solución. El tratamiento utilizado para el desarrollo económico de Chile no es la misma prescripción de progreso que va a funcionar en El Salvador. Tampoco lo que está ayudando a crecer a la nación de Nauru es lo que ha hecho crecer a China.
Según el reporte “World Economic Outlook-2019” del Fondo Monetario Internacional (FMI), las 10 economías más pujantes en cuanto crecimiento anual promedio de su producto interno bruto (PIB) durante la última década son: Nauru (12%), Etiopía (9.5%), Turkmenistán (8.7%), Mongolia (6.3%), Uzbekistán (7.7%), China (7.6%), India (7.4%), Laos PDR (7.4%), Rwanda (7.4%), y Ghana (7.3%). Casi todos los países están ubicados en Asia o África, no en América Latina.
¿Qué están haciendo estos países, que durante los últimos 10 años han logrado sostener crecimientos arriba de 6%? ¿Por qué El Salvador, muy a pesar de haber contratado a expertos de prestigio para asesorarle en los diferentes gobiernos, aún no ha podido ni siquiera sostener un crecimiento positivo de su PIB por más de dos años consecutivos? ¿Qué está sucediendo?
1. Cualquier plan de crecimiento económico no puede fluctuar según las prioridades de corto plazo de sus líderes. Un plan con visión de largo plazo, establece prioridades estratégicas claras, y con pocas variantes entre cada período de gobierno. En El Salvador, después de 1992, no ha habido un esfuerzo consistente aglutinante de todos los sectores, tanto productivos, académicos, fuerzas sociales y de partidos políticos por implementar una hoja de ruta con un rumbo consistente, coherente y adecuado de recuperación económica.
2. Para alcanzar un crecimiento anual mayor al 6%, se requiere de paz. Un país con violencia o guerra de pandillas o bloqueos ideológicos a nivel de su super-estructura de liderazgo, donde ha habido 71,000 víctimas de homicidio en los últimos 20 años, no puede ofrecer un clima de inversión adecuado ni para las industrias locales, ni para la inversión extranjera directa, ni para nadie. Alcanzar la paz verdadera es la crucial vitamina de nuestro progreso.
3. El plan de desarrollo económico correcto no puede ser una copia exacta de lo que funciona en otros países. Debe surgir desde las propias particularidades de nuestros recursos, elevando su capital humano y escogiendo aquellas industrias de crecimiento adecuadas. La erradicación de la pobreza (sus síntomas y causas) no debe verse como una obra de caridad. Al contrario, es la punta de lanza multi-dimensional del desarrollo a nivel público, privado, y cooperación externa.
4. En cuanto a la inversión: Se requiere una preparación exhaustiva y ejecución de proyectos integrales a un mínimo de 200 años de vida en todos los sectores, priorizando la educación, salud, seguridad (tanto jurídica como física), infraestructura pública (agua, carreteras, transporte de calidad, energía, espacios públicos de recreación) y un excelente ecosistema de emprendimiento para pymes y la gran empresa. Estos son entre otros, los pilares fundamentales de nuestro crecimiento económico.
MBA-MEng
CEO-Fundadora de Eleonora Escalante Strategy.
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