Lo que esperamos de Bukele

Lo que esperamos de Bukele es que el discurso no solo se quede en palabras bonitas sino se transformen en acciones concretas y efectivas. Que se respeten los principios propios de una democracia como la libertad de expresión, la separación de poderes y el respeto a las instituciones.

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'Zarco' Rodríguez, en la previa al juego ante Jocoro en el estadio Cuscatlán. / Foto Por Archivo

Por Erika Saldaña

2019-06-02 5:37:22

Cada cinco años, el primer día de junio se convierte en una fecha histórica para El Salvador. El artículo 154 de la Constitución señala que ese es el día para el inicio y fin del periodo presidencial. El 1 de junio de 2019 pasará a la historia como el día en que finalizaron dos gobiernos consecutivos del FMLN. Y el día en el que, formalmente, se le puso fin al bipartidismo compartido entre ARENA y FMLN por los últimos treinta años. Lejos de si compartimos simpatías por Nayib Bukele o no, ojalá al nuevo gobierno le vaya bien. Nos conviene a todos los salvadoreños.

Ya quedaron atrás los veinte años de los gobiernos de ARENA, donde existieron ciertos avances de un país que iba saliendo de una guerra civil de más de diez años y de épocas anteriores de mucha inestabilidad; pero ese desarrollo se vio manchado por los graves actos de corrupción, defensa de intereses sectoriales privilegiados y olvido de las personas más necesitadas.

También quedan atrás diez años de gobiernos del FMLN, que nos dejaron claro que un país no se cae cuando se da una alternancia en el poder. Dejaron el mal sabor de boca de un primer gobierno de Mauricio Funes hiper confrontativo con las instituciones y los medios de comunicación; y un segundo gobierno totalmente ausente de los problemas de la ciudadanía de Salvador Sánchez Cerén. También queda la decepción de una estructura partidaria que lejos de empujar el cambio que tanto exigían cuando eran oposición, se acomodaron a los mecanismos de corrupción montadas por los gobiernos de ARENA.

Hoy es turno de “las nuevas ideas”. Una plataforma política que se autoproclamó sin ideología y que sin duda pone fin a la época posguerra. El 2019 se dio una elección presidencial en la que la ciudadanía decidió dejar atrás la política partidaria tanto de derecha como de izquierda, las cuales no le brindaron resultados durante treinta años. La población salvadoreña se cansó y los partidos tradicionales ya no la pueden seguir asustando con “el petate del muerto” del capitalismo o del comunismo. Es tiempo de renovar los discursos y aspiraciones políticas para una población que ha cambiado.

Los retos que enfrentará el nuevo gobierno son difíciles, pero fueron asumidos desde el momento que se decidió presentar la candidatura presidencial. Ahora la responsabilidad y la culpa ya no pueden ser únicamente achacadas a los gobiernos pasados. Debe asumirse el reto de mejorar las torceduras en el menor tiempo posible, para luego tener el suficiente tiempo de desarrollar planes que mejoren la calidad de vida de todos los salvadoreños.

Muchos esperamos que en los próximos meses se logre consensuar en el ámbito político un plan de acción prioritario para atender los problemas más inmediatos de la ciudadanía. Que este plan entre los órganos del Estado sea transparente y público, e incluya un pacto de no agresión que ya no hunda más al país en la confrontación.

Si el gobierno tiene buenas y viables iniciativas, éstas deben ser apoyadas e impulsadas por el resto de instituciones. Si los distintos órganos del Estado, instituciones y ciudadanía tienen una crítica hacia los planes gubernamentales, están deben ser escuchadas. Solo con la suficiente madurez política de aceptar aciertos y errores es que el país saldrá del estancamiento.

Lo que esperamos de Bukele es que el discurso no solo se quede en palabras bonitas sino se transformen en acciones concretas y efectivas. Que se respeten los principios propios de una democracia como la libertad de expresión, la separación de poderes y el respeto a las instituciones. Ojalá los próximos cinco años no pasen en vano y el 1 de junio de 2019 haya sido el inicio de un verdadero cambio.

Abogada