Líos financieros en la familia

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Alexandra Hill Tinoco. EDH Archivo / Foto Por Jorge Reyes

Por Ricardo Esmahan 

2019-05-06 6:31:57

Las personas pelean por el dinero todo el tiempo, es un hecho que está registrado y no se puede negar. Un tercio o más de todos los argumentos esgrimidos en los matrimonios se centran en el dinero. Por lo general, esto cae en una de dos categorías: 1) El cónyuge “A” piensa que el cónyuge “B” gasta demasiado dinero. 2) El cónyuge” A” piensa que el cónyuge “B” no gasta suficiente dinero.

stá definido que las parejas casadas, por lo general, unas mantienen su dinero separado y otras mancomunado, y ambos sistemas pueden funcionar muy bien.
Este ensayo no está orientado estrictamente a finanzas personales; en realidad está orientado a las relaciones sobre cómo trabajar juntos hacia un objetivo común, cuando se está en el mismo equipo.

La teoría consiste en que, si se acumula suficientes gastos grandes, por ende, se van a consumir nuestros ahorros de jubilación, un tema primordial que debe ser dialogado con nuestro cónyuge.

Aun en los casos de matrimonios que mantienen el dinero separado, no se puede salir y comprar un auto nuevo por un capricho. Eso no es bueno para el matrimonio. Una vez más, es el sentido común que nos obliga mantener a nuestro cónyuge al tanto de un gasto grande, ya que a tu pareja le interesa mantenerse al tanto de cualquier otra cosa de la familia, a pesar de que sean cosas pequeñas.

Tampoco es sana la idea de obtener un “permiso” del cónyuge para realizar una compra. Eso por lo general molesta mucho. Los cónyuges no se poseen y tampoco la esposa es dueña del esposo ni viceversa. Mi esposa no necesita mi permiso para salir a tomar algo con las amigas, pero como cortesía, nos mantenemos informados.

Aparentemente, hay una nueva categoría para no mantener al cónyuge al tanto e informados. Se denomina “infidelidad financiera”. Esto ocurre cuando uno de los socios sale y realiza una gran compra, u obtiene un préstamo, o abre una cuenta separada sin el conocimiento del cónyuge, o percibe dinero en efectivo y lo mantiene en secreto. Es un comportamiento deshonesto.

Muchos matrimonios terminan en divorcio debido a conflictos por problemas de dinero. Las dificultades económicas han empujado a algunas personas al suicidio. Para algunos es más importante el dinero que su matrimonio o incluso que la vida misma. En cambio, quienes tienen un punto de vista equilibrado del dinero no dependen de él para ser felices.

En un matrimonio ambos cónyuges deben tomar riesgos, ya que uno de ellos es prudente y ahorrador. Lo hacemos funcionar porque nos comunicamos. A veces algunos se salen un poco del camino, si una persona se saliera con la suya todo el tiempo, ya no sería justo para el matrimonio. Se es un equipo. Si no existe igualdad, no hay equipo.

La mayoría de las personas pueden resolver la mayoría de los desacuerdos con una comunicación sincera. No así cuando una pareja tiene problemas graves de gasto patológico (o falta de gasto); que son problemas que podrían estar arraigados a traumas de la infancia. Es poco probable que esas personas cambien. Si estás casado con una persona así y la amas, haz lo mejor que puedas por ella. ¡No es fácil!

Uno debe de averiguar soluciones que funcionen. Perseverar hasta encontrar actividades que resuelvan para bien de la familia y minimizar lo que no funciona y no al revés.

Nunca permita que el amor por el dinero eche raíces en su corazón. Más bien, dele al dinero el lugar que le corresponde y ponga siempre en primer lugar a la familia, y cuide su salud física y mental.