¡Urge aprobar Ley del Cáncer!

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Sandra Elizabeth Cañénguez Ramírez, de 48 años, es dueña desde hace 15 años de la funeraria Monte Tabor ubicada en la 17 avenida norte entre la primera y 3a Calle Poniente, San Salvador. Foto EDH / Francisco Rubio

Por Ricardo Lara

2021-04-28 8:40:09

Nuevamente se abandona a su suerte a aquel paciente que padece de cáncer, que en el país mueran veinte personas diarias víctimas del cáncer debería alarmar tanto al sistema de salud como a la clase política pero no parece que eso suceda; recientemente el Ejecutivo observó la ley, quizá esperando que sea la bancada del partido oficial la que la apruebe y lograr algún rédito político, sin embargo se nos seguirá muriendo nuestra gente.

La salud de un pueblo no debe tener color político ni menos las decisiones trascendentales que salvarían vidas, pero no, se detiene una propuesta excelente, humana y basada en evidencias que debió ser aprobada a la mayor brevedad, tristemente el cáncer no tiene excepciones al momento de atacar, y con esta ley se lograría salvar tantas vidas pero parece que a las máximas autoridades no  les es relevante y siguen falleciendo más pacientes por cáncer que por COVID-19 según estadísticas oficiales.

Pocas veces en la historia de la medicina en el país se ha impulsado una ley que vendría a salvar tantas vidas, de inicio se trata que en los primeros quince días que el paciente consultó por determinada sintomatología se pueda diagnosticar el cáncer y así, iniciar el tratamiento oportuno en base al diagnóstico que es la columna vertebral de esta ley. Muchísimas personas fallecen en sus casas pues nunca se les realizó el diagnóstico oportuno y ante una falta de atención médica y la ausencia de medicamentos se le condena a una muerte segura.

Existe un subregistro de personas que fallecen por cáncer, pues los datos certeros solos cubren a aquellos pacientes que en algún momento iniciaron un tratamiento en un centro hospitalario y mueren en un hospital o en sus casas pero ya habían sido manejadas por el sistema de salud, pero ¿Qué hay de aquellas personas que adolecen de cáncer y que viven en un remoto caserío? En primer lugar, no disponen de un lugar o casa de algún pariente, lo que dificulta la estancia en la capital, si aunamos a esto el alto costo de la vida, muchísimas personas mueren en sus casas pues no  es fácil sufrir ese calvario de andar de un lugar para otro y se prefiere que el paciente abandone el tratamiento.

El cáncer mata más personas que  la violencia social, tenemos al año un total de 5,301 salvadoreños que fallecen por causa del cáncer y se debe apostar a la prevención, al diagnóstico oportuno para así poder brindarle el mejor tratamiento al paciente.

Mientras llegan las nuevas autoridades a la Asamblea Legislativa sigue muriendo gente, mientras estas sencillas letras escribo mueren veinte personas diarias, lamentablemente no entendemos ese dolor hasta que tenemos a un pariente o conocido que adolece de cáncer. Quizá hasta entonces reparamos en la necesidad de que se necesita aprobar dicha ley a la mayor brevedad posible; no se vale abandonar al paciente que adolece de cáncer, es imperativo que el ejecutivo apruebe dicha Ley pues el dolor y la muerte de nuestra gente no debe tener color político y menos, intereses personales.

Toda la lucha realizada por el Dr. Raúl Lara es en beneficio de un pueblo, de una nación que permite que mueran más de veinte pacientes al día y con la aprobación de esta ley podremos brindar una atención médica a la mayor brevedad y evitar largas demoras en la atención de un paciente con cáncer; todo lo enmarcado en dicha ley se trata de brindar lo mejor posible al enfermo de cáncer y debemos ser todos partícipes de este esfuerzo.

Debe la ciudadanía saber los cánceres que están a la cabeza, en las mujeres tenemos al cáncer de mama que con un 28.6% y para los hombres es el cáncer de próstata que tiene una alta incidencia del 33.3%. Lamentablemente no hay visión de nación, cada ciudadano hala la pita que más le conviene, poco importa el dolor de una familia que pierde a su ser querido en esta semana, no es así que se gobierna, se debe gobernar tanto con el cerebro pero sobre todo con el corazón, sabedores que no deben haber vencedores ni vencidos sino pacientes que adolecen de cáncer recibiendo lo mejor que un país pueda brindarles y recordar: “Hoy por ti, mañana por mí”.

Médico