Las 3B de la deuda pública ¿Buena, bonita y barata?

El uso de deuda en un país es correcto cuando se cumple la premisa 3B: Cuándo la deuda pública es buena, bonita y barata.

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Por Eleonora Escalante

2019-05-10 6:54:55

Según el Banco Mundial, existe evidencia de que los niveles elevados de deuda publica y financiamiento externo o internacional han incrementado la vulnerabilidad de los países, al grado que, en vez de ayudar a fortalecer y estabilizar su crecimiento económico, lo que provoca son crisis financieras serias. Ejemplos de estos países han sido España, Grecia, Japón, Portugal, Chipre, Yemen y otros más.

Países con altos niveles de deuda soberana no pueden crecer económicamente como se espera. Y su acceso a mercados financieros internacionales después de cierto límite no ayuda en nada a la generación de riqueza.

Hay opiniones muy diversas con respecto al nivel de deuda saludable que deberían tener los países. Hay peritos anti-deudas que nos expresan radicalmente que “La deuda es una incapacidad fiscal y asfixia del crecimiento y el desarrollo de los países desarrollados o subdesarrollados que la utilizan y, por lo tanto, no debería ni siquiera haber un nivel de deuda deseable como tal”. Hay otros expertos que la promueven dentro de un margen razonable, fomentando su uso tanto en el corto como el largo plazo dentro de ciertos límites. Y finalmente también están los que no les importa cuánta deuda asume un país y se genera un desequilibrio estructural fiscal que cuesta mucho superar.

¿Cuál es el nivel de deuda razonable para un país? Muy independientemente de lo que comenten los expertos fiscales del Fondo Monetario Internacional, voy a darles mi respuesta personal de la manera más simple posible. El uso de deuda en un país es correcto cuando se cumple la premisa 3B: Cuándo la deuda pública es buena, bonita y barata.

1. La deuda pública es buena si se mantiene dentro de los límites adecuados. El indicador de proporción de deuda a PIB (Producto Interno Bruto) es el que se utiliza para medir estos términos. Este indicador depende del país en estudio. En el caso de países desarrollados como Suiza y otros países estables europeos, se les ha recomendado hasta un máximo de 70% del PIB. Para las economías pobres, en desarrollo o emergentes, el porcentaje fluctúa entre 35% a 55% del PIB. Según el Fondo Monetario Internacional, el máximo porcentaje de deuda/PIB no debería sobrepasar el 70%. Sin embargo, estos límites son ideales y casi nunca se cumplen.

2. La deuda pública es bonita cuando el objetivo o uso de dichos fondos es para generar ingresos que permiten el repago de esta. Por lo tanto, la deuda debe usarse para objetivos productivos. O también para mejorar la productividad del país. Apoyo a industrias existentes o para la creación de nuevas industrias o sectores económicos fuertes. También la deuda es “bonita” cuando se apoya a la educación que ayudará a la capacitación del capital humano que redituará mejores trabajos y salarios. Sin embargo, si la deuda pública se utiliza para otros fines que no son productivos, estamos poniendo al Estado en problemas, porque deberá buscar los fondos para pagar dichos proyectos en otro lugar. La deuda pública es también bonita cuando el capital de inversión proviene de países o entidades con mejores estándares éticos que los nuestros.

3. La deuda pública es barata cuando se está en condiciones de negociar tasas de interés bajas, períodos extensos de gracia y hasta planes de concesiones de pago de capital si se logran metas en otros indicadores de sustentabilidad fiscal-social para el largo plazo. Todos los países tenemos una calificación soberana de riesgo, y cuidar dicha idoneidad ante las entidades que nos examinan (Moody´s, Fitch o Standard & Poors) es crucial.

CEO-Fundadora
Eleonora Escalante Strategy
www.eleonoraescalantestrategy.wordpress.com