La verdad sobre las mentiras

Lo primero es hablar con la verdad. Si el niño pregunta si la vacuna que le van a poner duele, la respuesta debes ser que sí duele. Pero debe explicárseles porque es necesario vacunarles.

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Foto: Internet

Por Mario Aguilar Joya

2020-01-24 6:19:59

Los antiguos filósofos fueron tácitos en hablar de la verdad no solamente como una virtud sino también como una necesidad para mantener la buena convivencia en la sociedad. Así lo denota el opúsculo Vicios y Virtudes escrito por Aristóteles y aun cuando fue realizado hace muchos siglos, sus escritos siguen siendo vigentes, sobre todo en relación con decir la verdad en situaciones sociales, filosóficas y políticas; pero más importante aún en relación con la ética y la moral no solamente de las personas sino de la sociedad en la que viven.
Es en este sentido que la verdad adquirió inicialmente connotaciones ideológicas y como tal se convirtió en una virtud filosófica. A aquellos que mentían se les consideraba que estaban realizando un anti-valor moral y, por tanto, el hecho de mentir tenía consecuencias negativas tanto para el individuo que lo hacía como para aquellos a quienes les mentían y más aun a los que les rodeaban.
Por muchos años, ya en la actualidad, se consideró que los seres humanos comenzábamos a mentir al iniciar nuestra escolaridad; en otras palabras, aprendíamos a mentir al entrar a la escuela en los primeros años de educación. Sin embargo, estudios recientes, sobre todo los realizados por el investigador doctor Kang Lee, quien está dedicado al estudio del desarrollo de las mentiras en los niños y los adultos, nos demuestran que los niños inician las mentiras antes de llegar a la escuela.
Los estudios del doctor Kang Lee demuestran que a los dos años de edad el 30% de los niños ya miente; a los tres años de edad la mitad de los niños ya ha aprendido a mentir y cuando llega a los cuatro años de edad el 80% de ellos ya ha entrado al grupo de los que falsean la verdad, esto en forma independiente del origen étnico, estrato socio-económico o religión que tengan los padres. Aun cuando sus estudios han sido cuestionados, se ha dado seguimiento a otros niños en estudios similares encontrando datos muy parecidos.
Esto solamente puede significar que los niños aprenden a mentir en sus casas y que definitivamente se instruyen de los adultos que los atienden, sus padres, tíos, abuelos o personal de confianza que los cuida, demostrando así que “las mentiras no son cosa solamente de niños”. Se estima que en los hogares en donde los niños comienzan a mentir muy temprano en la vida son de sus padres o abuelos de quienes aprenden. Estos adultos pueden llegar a tener un promedio de 12 a 15 mentiras por semana; sin embargo, no suelen considerarlo de importancia.
Pero el dato más importante no es necesariamente a que edad los niños comienzan a mentir o quienes les enseñan. Lo realmente significativo es, ¿porque lo hacen? Y la primera razón que tienen los niños para mentir es por aceptación. El sentirse aceptados por su grupo y por los mayores con los que convive es la causa más común para que los niños comiencen a mentir. En otras palabras, según los expertos en comportamiento, entre más temprano se inician las mentiras mayor necesidad de aceptación tienen estos niños.
¿Que deberían hacer los padres ante estas situaciones? Lo primero es hablar con la verdad. Si el niño pregunta si la vacuna que le van a poner duele, la respuesta debes ser que sí duele. Pero debe explicárseles porque es necesario vacunarles. Si no es así y los padres les mienten, cuando estos niños lleguen a adolescentes y sus padres intenten hablarles del daño potencial de las drogas o del sexo inseguro, simplemente recordarán las mentiras que se les expresaron en la infancia. En esta misma dimensión se encuentra el hecho de que los padres no deberíamos hacer promesas falsas o que no podamos cumplir en el tiempo que el niño entiende como razonablemente correcto.
Pero lo más importante es reforzar la autoconfianza en el niño para que entienda que es aceptado en casa, por sus hermanos y los adultos que en ella habitan. Solamente así se logrará evitar llegar al vicio de la mentira. Personas que mienten en forma tan frecuente que se convierte en un verdadero vicio con graves repercusiones para ellos y para la sociedad en que viven.

Médico.