El tema de migración ocupa un espacio importante en la agenda internacional.
Casi la mayoría de países exportan e importan personas. En diferentes condiciones.
180 millones de personas viven fuera de su país de origen.
En los últimos 30 años en El Salvador hemos sido testigos de la implementación de un modelo de desarrollo basado en la migración, un modelo que expulsó personas. Es el momento de ponerle fin o re orientar la expulsión de personas hacia una migración ordenada.
La migración ordenada es una de las alternativas reales. Los países demandan mano de obra y nosotros la tenemos.
La contribución de los trabajadores y las trabajadoras migrantes se ve reflejada en beneficios del país de destino y origen, desde las familias, el crecimiento socio económico, las finanzas públicas y en el mercado laboral.
Pero tras este hecho se debe trabajar en una serie de condiciones que permitan el completo desempeño de toda persona que se inserte en el mecanismo de una migración ordena o circular o con retorno como se llama.
La portabilidad de los derechos laborales deben ser parte de los puntos de agenda que nuestras autoridades deben llevar en todo proceso de acuerdo que se pueda llevar, existen convenios de la OIT que hay que ratificar.
La población debe tener claro los procesos que favorezcan la regularización migratoria y derechos laborales.
Hay reconocimiento a la mano de obra salvadoreña, una mano de obra bondadosa, esmerada y enérgica, sin que hasta hoy se haya intervenido por reconocer su valor, ante una migración laboral donde intervienen autoridades nacionales es preciso garantizar la contratación equitativa, luego de ver otras experiencias de migración laboral en el mundo, es preciso garantizar la promoción de la igualdad de género y no discriminación, prevención a la estafa, sensibilización de la población en general sobre la realidad migratoria y sus características.
El papel del servicio consular es importante, su acompañamiento. Para proteger y verificar el respeto de los derechos laborales —la Organización Internacional de trabajo (OIT) y otras organizaciones nacionales conocen del tema— es preciso que el Ministerio de Trabajo genere una apertura con la sociedad civil organizada para que juntos trabajen en el mejor proyecto de migración laboral.
Según se escucha, el Ministerio de Trabajo está a punto de enviar el primer grupo de trabajadores. Los integrantes de este primer contingente deben estar informados. Antes de enviarlos se debe tener acciones formativas que favorezcan la compresión de la dimensión transnacional, social, económica, cultural y política.
Estos trabajadores no son vulnerables, pero va depender de las condiciones que nuestro gobierno negocie para mantener esta condición.
Director Ejecutivo
Instituto Salvadoreño del Migrante (INSAMI)