La generación en soledad

Con todo y lo triste que es la canción, oírla me llenó de optimismo, porque es un grito de angustia que muestra que en esa generación que ha sido expuesta a todos los aspectos de la revolución de la conectividad hay un sentido de pérdida, un deseo de conectarse consigo mismos y con sus semejantes

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Foto: Internet

Por Manuel Hinds

2020-01-23 7:42:44

Hace unos días publiqué un artículo llamado “La realidad virtual” discutiendo los problemas de integración a la sociedad que la adicción a las pantallas esta creando para el futuro de las nuevas generaciones.

Hoy una amiga me mandó una canción que se enfoca en los mismos problemas, desde un ángulo distinto: los sentimientos que esas pantallas generan en estos jóvenes, no en el futuro sino ahora mismo. Se llama “Lonely Generation” y es de Ecosmith. Esta en Spotify. La canción es extraordinaria porque expone una mentira que ha estado escondiéndose por mucho tiempo. La mentira es que las generaciones nuevas viven felices por estar conectados continuamente con su pantalla. La canción expone esta falsedad en la letra que he copiado entera porque conlleva una serie de sentimientos que es importante aprehender.

“Somos la generación solitaria / Una versión pixelada de nosotros mismos / Conversaciones vacías / Estoy desconectado, ahora estoy yo solo”. El coro repite, “Ahora estoy yo solo”.

“Aquí estamos, dejados atrás / Viendo a través de una pantalla te hace sentir bien / Otro día, otra dosis de esa droga / Buscando algo correcto en el lugar equivocado / Oh, oh, oh / Buscando algo correcto en el lugar equivocado / Oh, oh, oh / Buscando algo correcto en el lugar equivocado”.

El coro se repite y sigue la canción.

“No puedo sentir el dolor, no puedo sentir nada / Desperdiciando tiempo y trabado en un sueño roto / oh, oh, oh / Desperdiciando tiempo y trabado en un sueño roto / Oh, oh, oh/ Desperdiciando tiempo y trabado en un sueño roto”.

El coro se repite y la letra sigue:
“¿Es esto real o sólo un sueño? / ¿Estamos viviendo en el en-medio / ¿Es esto real o sólo un sueño? / ¿Estamos viviendo en el en-medio?”.

Como en toda obra de arte, en la canción no hay desperdicio—allí está, en palabras muy bien puestas, la falsa identidad detrás de la cual la gente se esconde al estar en la pantalla (“la versión pixelada de nosotros mismos”), las conversaciones vacías para proyectar esa versión pixelada (si no fuera vacía no se podría mantener la imagen pixelada), la desconexión, la sensación de estar siendo dejados atrás cuando se dicen a sí mismos que están adelante, la soledad de ser un nadie pixelado conectado con otro nadie pixelado, (repetida una y otra vez), la insensibilidad, hasta al dolor, producida por estar en el vacío emocional de un contacto de nadie con nadie, como flotando en el espacio sin nada que tocar, la sensación de estar perdiendo lo único que no se puede recuperar, el tiempo, la vida, por estar trabado en el sueño roto de conectarse sin conectarse. Y al final, la duda mas triste, es esto real o es un sueño, que es lo mismo que preguntarse soy real o soy una farsa, y la consecuente pregunta de si uno está viviendo en un limbo del en-medio, que no es ni sueño ni realidad, que no es ni real ni irreal. Es como vivir la vida de un robot.

Con todo y lo triste que es la canción, oírla me llenó de optimismo, porque es un grito de angustia que muestra que en esa generación que ha sido expuesta a todos los aspectos de la revolución de la conectividad hay un sentido de pérdida, un deseo de conectarse consigo mismos y con sus semejantes, los de verdad, de reafirmarse como seres humanos y desconectarse de esas reacciones, todas las mismas, de los miles de millones conectados como robots a un robot madre que los está haciendo a todos iguales a él. Esta canción viene no de los que los critican sino de ellos mismos, que están entendiendo que hay algo profundamente falso en creer que la esencia de la vida está en dejarla pasar por estar proyectando imágenes pixeladas a gente que también las proyecta. Están entendiendo que, en el proceso, se están perdiendo a ellos mismos.

Ese grito de angustia es el primer signo del cambio, que, si se da, producirá una generación extraordinariamente sólida, porque se habrá asomado al abismo de la vida del robot, y regresado de él.

Máster en Economía

Northwestern University.