La democracia en llamas

El fracasado socialismo del siglo XXI busca con violencia y desestabilización social, desarmar democracias prosperas y desarrolladas y con ello tienen a prueba la robustez del modelo político y económico de estos países.

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Foto EDH/ Mauricio Cáceres

Por Luis Enrique Contreras Reyes

2019-11-05 9:11:03

La semana pasada asistí al foro ATENAS en Bogotá, Colombia, el cual es organizado por militares colombianos. Allí se realizan análisis geopolíticos y geoestratégicos de la región latinoamericana. Tuve participación junto a amigos del Instituto de Derecho Militar de El Salvador y Guatemala y la agenda giró en torno al caos sociopolítico que está viviendo Chile, del cual existe una injerencia directa del Foro de Sao Paulo.
En medio de las multitudinarias manifestaciones en Chile en contra de las políticas neoliberales del gobierno de Sebastián Piñera, se apunta a Venezuela como causante de los hechos de violencia. Tan solo una semana atrás, el mandatario ecuatoriano, Lenín Moreno, cuyo país también se encontraba sumido en una ola de marchas en rechazo a la aprobación de medidas para cumplir con el acuerdo suscrito con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por más de 4,000 millones de dólares, hablaba de “agentes venezolanos y cubanos” que habrían llegado al país andino “con fines desestabilizadores”. Colombia también había asomado el tema de injerencia venezolana, tanto en una protesta universitaria que terminó con disturbios en Bogotá como por la acogida de grupos irregulares colombianos en territorio vecino. Todos esos países pertenecen al Grupo de Lima, cónclave de gobiernos de derecha surgido en el seno de la Organización de Estados Americanos (OEA), que considera al presidente Nicolás Maduro como “ilegítimo” y que bajo la premisa de que su gobierno es “desestabilizador de la región” ha activado el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) para imponer mayores sanciones contra Venezuela.
Frente al panorama de manifestaciones en países de la región, el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, manifestó: “Hoy día, que anda convulsionado todo este sector de América, está soplando una brisa bolivariana”.
El secretario de la OEA, Luis Almagro, reaccionó y denuncia en un comunicado estas “corrientes de desestabilización” que “tienen su origen en la estrategia de las dictaduras bolivariana y cubana” para “financiar y promover conflicto político y social” en la región.
Los cuestionamientos han apuntado al gobierno venezolano, el Foro de Sao Paulo, celebrado en Caracas a finales de julio. En esa línea, el mandatario brasileño, Jaír Bolsonaro, aseguró en Twitter que el objetivo del Foro era “tomar el poder en todos los países de la región” con el dinero que le proporcionó Brasil anteriormente a “muchas dictaduras” para “ampliar su dominio”.
Por su parte, el político venezolano Julio Borges, comisionado para Relaciones Exteriores del diputado opositor Juan Guaidó, ha vinculado en sucesivas oportunidades al Foro con varios temas: la retoma de las armas por parte de un grupo de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la corrupción, la desestabilización de la región; las protestas en Chile y, más recientemente, el supuesto amparo de Miraflores a “grupos terroristas”. Unas declaraciones del jefe de Estado venezolano, en la clausura del I Congreso Internacional de las Comunas, han servido para sustentar la hipótesis del desequilibrio planificado en los debates del Foro de Sao Paulo para América Latina.
“El plan va como lo hicimos, va perfecto, ustedes me entienden, el plan va en pleno desarrollo, victorioso, todas las metas las estamos cumpliendo una por una, es la unión de los movimientos sociales, progresistas revolucionarios de toda América Latina y del mundo”, dijo Maduro. Agregó que “la estrategia trazada en el encuentro” fue “la articulación de los partidos políticos progresistas, revolucionarios, de izquierda, con los movimientos sociales”. El fracasado socialismo del siglo XXI busca con violencia y desestabilización social, desarmar democracias prosperas y desarrolladas y con ello tienen a prueba la robustez del modelo político y económico de estos países.

Analista Político @LuisSaxum