El ferrocarril carguero mexicano “La Bestia” no sólo ha cercenado la vida de muchos migrantes, sino el destino y la esperanza de los mismos. La Patria también ha sido mutilada por la otra bestia del crimen y la violencia, engendrada en las inhumanas márgenes sociales de nuestra historia.
Hace un par de meses un migrante salvadoreño resultó mutilado de un pie al intentar abordar en marcha el tren conocido como “La Bestia”, que atraviesa el territorio mexicano rumbo al norte y las fronteras de Estados Unidos. El triste suceso, dado a conocer mediante un video en redes sociales, causó dolor y conmoción por las fuertes y desnudas imágenes que presentaba. El lamentable caso se une a muchos más que causa la migración forzada del drama social de los países tercermundistas del llamado “Triángulo Norte” y de otras latitudes, víctimas del crimen, la miseria y la marginación social. El fenómeno de la migración ha cobrado auge tanto en Latinoamérica como en muchas regiones del orbe, sometidas al hambre, la guerra, el crimen, la represión y el abandono que causa la corrupción de diversas dictaduras, mismas que esconden su impunidad tras el principio de “soberanía nacional” o del sofisma político-ideológico. Gargantúa y Pantagruel, las dos bestias mitológicas de la antigüedad, siguen acechando como ayer nuestro paso a la libertad.
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