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Juventudes: Este día, con más fuerza, alcemos nuestras voces

Hoy es un día oportuno para usar mi voz y hacer un llamado al gobierno de El Salvador para que cese la estigmatización y las detenciones arbitrarias de las y los jóvenes salvadoreños; a la población a que no seamos cómplices de continuar etiquetando o estigmatizando injustamente a las juventudes, y que al igual que yo, acompañemos a las juventudes en sus luchas por un mejor país.

Por Linda Funes
Diputada suplente

Ser joven, en cualquier lugar del mundo, siempre ha sido un reto, y aún más en nuestro país. 

Desde que tengo memoria, las juventudes han sido protagonistas de las problemáticas históricas del país, pero, sobre todo, de las soluciones. Más frecuentemente porque somos los y las jóvenes quienes alzamos la voz con más fuerza y valentía, los y las que exigimos con mayor frecuencia se nos respeten nuestros derechos, los y las que migramos en búsqueda de las oportunidades que no logramos encontrar en casa, los y las que luchamos por una vida digna no solo para nosotros sino para todos los que nos rodean. Lo hemos hecho, lo hacemos y lo seguiremos haciendo. 

Las circunstancias en las que nacemos tienen un efecto en todos los aspectos de nuestra vida; en nuestra educación, nuestra salud e incluso en la forma en la que entendemos algunos conceptos que son básicos, pero importantes para todo joven. Uno de esos conceptos es la posibilidad de soñar. ¿Cuál es el sueño de un o una joven promedio en El Salvador? ¿Una familia grande? ¿Una casa? ¿Un carro bonito? ¿Graduarse de la universidad? Pueden ser estos u otros, pero lo cierto es que en un país donde 9 de cada 10 jóvenes enfrentan dificultades para acceder a un empleo digno, ese empleo se vuelve un sueño. Un trabajo no solo significa recursos económicos; para muchos, un empleo digno también significa la posibilidad de quedarse en el país, ayudar a sus familias, poder estudiar y no tener que emprender ese viaje peligroso que miles de jóvenes hacen en busca de una mejor vida, de una posibilidad de cumplir sus sueños.  

¿Pero cómo es que algo tan vital como un empleo digno es tan difícil de conseguir? En El Salvador, las causas son muchas. Algunas de ellas, como la falta de acceso a educación de calidad, pueden ser cuantificables, pero en esta ocasión me enfocaré en una causa que es más difícil de medir con números, pero que es sumamente palpable: La estigmatización de las juventudes. La posibilidad de obtener un empleo digno siempre será prioridad para la mayoría de jóvenes, pero en un régimen de excepción casi permanente, en el que no se respetan los derechos humanos ni la presunción de inocencia, muchas y muchos jóvenes trabajadores también deben preocuparse por evitar que un policía nervioso los capture. Hoy en día, las juventudes debemos sumar un obstáculo más para poder cumplir nuestros sueños: El miedo. 

¿Pero de dónde viene esa estigmatización? Cierto, el régimen de excepción promovido por el oficialismo es brutal, pero la estigmatización no es nueva. A los y las jóvenes siempre nos etiquetan de diferentes maneras: “Los y las que siempre se meten en problemas”, “Los y las que no quieren trabajar y son vagos”, “Los y las bochincheras”, y cada uno de ustedes sabrán que hay muchas más etiquetas.  Pero, ¿Por qué? Las razones pueden ser muchas, pero hoy en día la razón más importante es porque los y las jóvenes estamos dispuestos a alzar nuestra voz con toda la fuerza y energía que tenemos. Estamos dispuestos y dispuestas a incomodar y exigir nuestros derechos y oportunidades. Y estamos claros y claras que la lucha no es sinónimo de delito, ni joven de criminal, o, al menos, no debería serlo y lucharemos porque no lo sea. ¿Cómo no vamos a tener 9 de 10 jóvenes con dificultades para conseguir empleo si los meten presos por ser jóvenes, especialmente cuando son pobres? 

En lo personal, yo no crecí con muchos privilegios, pero, hoy por hoy, mi trabajo me ha dado el más importante privilegio que he tenido hasta la fecha: el de servirle a todos los salvadoreños y salvadoreñas como diputada de la República. Hoy es un día oportuno para usar mi voz y hacer un llamado al gobierno de El Salvador para que cese la estigmatización y las detenciones arbitrarias de las y los jóvenes salvadoreños; a la población a que no seamos cómplices de continuar etiquetando o estigmatizando injustamente a las juventudes, y que al igual que yo, acompañemos a las juventudes en sus luchas por un mejor país.

A los y las jóvenes: Hoy que celebramos el Día Mundial de la Juventud, las juventudes salvadoreñas podemos tomar la oportunidad para no solo reflexionar sobre nuestra compleja realidad, sino también para que juntos hagamos un llamado a toda la ciudadanía a que nos unamos y luchemos por mejores oportunidades, por nuestros derechos, por una vida digna y libre, por el respeto que todas y todos nos merecemos y, sobre todo, por nuestra democracia.  En este día con más fuerza levantemos nuestras voces para ser escuchados los invito a todos y todas a unirnos por nuestro país y construir un El Salvador libre de discriminación, lleno de oportunidades para todos, pero sobre todo ¡Libre de miedo!

 Diputada de Nuestro Tiempo

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