En la madrugada del 13 de junio de 2025 Israel ejecutó la operación “León Naciente”. Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, comunicó unas horas después que este movimiento respondía a la necesidad existencial de Israel de impedir que la teocracia chií de Irán pudiera hacerse con armamento atómico. Entre otras cosas recordó la actitud pasiva que se tuvo ante el expansionismo de Hitler después de la primera guerra mundial por parte de las potencias occidentales, para así justificar su llamado a la acción preventiva, en una operación que duraría “los días que fuera necesario”.
Desarrollo de la operación
Durante la operación se atacaron diversas instalaciones de defensas aéreas, puestos militares, e instalaciones nucleares como la de Natanz. Sobre esto último, el especialista en estudios estratégicos Wilfredo Pulido comentó que no fueron de la envergadura que pudieron haber sido, pues no se tocaron las instalaciones subterráneas de la misma, probablemente por dejar una puerta abierta a la negociación y no tanto por incapacidad del estado judío.
De hecho, Natanz ni siquiera es la instalación más importante del programa nuclear de Irán, sino que es Fordo, la cual ni siquiera fue atacada. Por eso la conclusión de que esto no buscaba ser un ataque decisivo es plausible.
Lo que sí ha representado un golpe brutal y doloroso para el régimen de los ayatolás ha sido el ataque a su capital humano. Que hayan sido confirmados, los ataques de precisión contra líderes militares y científicos nucleares de Irán han asesinado a 7 altos cargos, entre ellos el Jefe del Estado Mayor del Ejército, al líder de la Guardia Revolucionaria Islámica (ejército alterno a cargo del líder supremo), y al Jefe de las Fuerzas Aeroespaciales.
El debilitamiento de las fuerzas aéreas deja a la capital Teherán mucho más expuesta ante futuros ataques de Israel, el cual ahora debe calibrar muy bien sus siguientes pasos.
Respuesta de Irán
La noche del mismo 13 de junio, Irán ha realizado un ataque de represalia que supera con creces a los dos ataques del año 2024. En esta ocasión se han ocupado misiles balísticos, misiles de crucero, y drones Shahed (los mismos utilizados por Rusia en la guerra de Ucrania), de estos últimos dos ninguno ha superado las defensas aéreas de Israel.
Sin embargo, sirvieron para saturar su capacidad antimisil, y así abrir paso a los misiles balísticos. Los múltiples impactos causados por ellos en la capital Tel Aviv nos han dejado imágenes realmente impactantes en los medios de comunicación a nivel mundial, que demuestran que ni siquiera la mejor defensa del mundo es invulnerable al poder de la guerra del siglo XXI.
Análisis de la escalada
Este episodio marca el fin de la primera etapa de esta guerra que empezó el 7 de octubre de 2023 con el ataque terrorista de Hamás. Esto es algo que debe quedar claro, hablamos del mismo conflicto.
Aunque los ojos del mundo han estado puestos en Gaza debido a la brutalidad de la masacre y destrucción ahí perpetuada, no debemos perder de vista que este conflicto es uno mucho más grande y complejo, que ha involucrado ya al Líbano, Yemen, Siria, y Cisjordania en toda una serie de conflictos simultáneos enmarcados en este conflicto regional.
Hasta el momento hemos experimentado una guerra indirecta entre Israel e Irán, pero eso se terminó. Por ello, la operación León Naciente ha sido el pistoletazo de salida en el enfrentamiento directo entre estos dos añejos enemigos. El choque de dos proyectos ideológicos, religiosos, y geopolíticos que ven en el otro su antítesis y amenaza existencial.
Hay muchas dudas respecto a qué depara el devenir de esta guerra, sobre todo porque Estados Unidos está involucrado por su apoyo a Israel. El hecho que las fuerzas de Tel Aviv no hayan sido todo lo contundentes que puede ser, deja una pequeña esperanza a una salida negociada. Pero, cuando las bombas comienzan a explotar, cualquier plan puede saltar por los aires como las vidas que se llevan en el camino.
Esta nueva coyuntura puede ser tanto una bendición como una maldición para la castigada Gaza. Todo dependerá del actual del gobierno de Netanyahu, pues lo que será prioridad es cerrar el conflicto en la franja lo antes posible, sea por la negociación o por apretar el acelerador en su cruzada por extinguir a Hamás.
La conclusión es que esto no es una buena noticia para nadie, y mientras el mundo hierve nuevamente, el destino de una de las regiones más importantes del mundo está en juego.
Analista de temas internacionales