Pan o Libertad

He esgrimido suficientes razones para afirmar que El Salvador está en un franco proceso de destrucción. Se destruye la poca unidad, la poca dignidad, la poca institucionalidad y la poca libertad que se tiene. Se destruye la esperanza que debe abrigarnos, lo salvadoreño que debe distinguirnos y el futuro que debe unirnos. Se destruye la República, la Patria y la Democracia. Se destruye lo que fuimos, lo que somos y lo que estamos llamados a ser.

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Kevin Santamaría celebra el gol que anotó con el Deportivo Llacuabamba ante Ayacucho por la fecha 3 del Clausura 2020 de Perú. Foto / Twitter @LigaFutProf

Por Jorge Tobar

2020-11-04 5:03:59

Libertad no es un espacio vacío y libre para ser ocupado, ni la “posibilidad de escoger”; libertad es una capacidad, la de ser y ejercer lo que somos.
Nacemos atrapados en un cuerpo animal, pero con la semilla de humanidad por dentro. Dependerá de factores internos/externos para que ésta germine y se abra paso entre instintos viscerales y tendencias reactivas, para emerger triunfante y dominante, como consciencia plena de sí mismo, y su realidad. Esto es libertad. O, quedarse en latencia y potencialidad, permanentemente dormida y dominada por la animalidad, en cuyo caso, sería esclavitud.
¿Por qué la naturaleza animal no puede ser libre dentro de nosotros?
El problema surge porque el animal necesita vivir en “su elemento” para ser libre como animal. De la misma forma en que vive un ave enjaulada; así, el animal que llevamos dentro vive en nosotros. Necesitamos domesticarlo para poder liberarlo de su jaula, pero no de nuestro control.
Debemos estar conscientes de que el animal siempre estará con nosotros, por lo que no hay que buscar eliminarlo. Eso no existe, solo debemos someterlo a nuestra humanidad.
Recordemos que en nosotros se libra una batalla: animalidad contra humanidad. Y dependerá de lo que alimentemos más el que uno u otro domine nuestro pensamiento y conducta. Así, si alimentamos más la humanidad, más fácilmente podremos someter al animal y ser libres; si la debilitamos, la animalidad se impondrá sobre nosotros y seremos esclavos.
¿Cómo alimentamos nuestra humanidad?
Siendo humanos la mayor cantidad de tiempo, y de la mayor cantidad de formas posible; lo que implica, pensar, razonar, conocer, expresar, trabajar, crear, construir, asumir la responsabilidad de nuestra vida, proyectarnos al futuro, entre otras formas. Todo el proceso de socialización y educación, debe enfocarse en ser el camino hacia la humanización plena; o sea, el que lleve al individuo hacia su independencia y a su libertad.
Si queremos someter a un animal salvaje, libre, empezamos por darle comida. De esa forma, el animal va evadiendo poco a poco su responsabilidad de buscarla y renunciando en esa medida, a su libertad. Comida y libertad son elementos auto excluyentes, en la medida que un gobierno da comida a la población, la domestica y la vuelve esclava y servil a sus intereses. Libertad lleva implícita la independencia, la responsabilidad de trabajar y obtener por propio esfuerzo, lo que se necesita para vivir.
Para que un país sea próspero necesita ciudadanos libres, cada uno de ellos trabajando y luchando por su vida y sus sueños. La suma de todos esos esfuerzos va configurando, articulando naturalmente, un proyecto nacional de desarrollo sostenible.
Lo que se necesita para destruir un país es dividir a su población y hacerla dependiente; sentarla en su puerta, a esperar que le llegue la comida, mientras maldice a su vecino porque “no es de su partido”. Asumir la responsabilidad de su propia vida y todo lo que implique hace a un individuo forzar al máximo sus potencialidades, para desarrollar al máximo su humanidad y esto lo lleva a su propia libertad, a ser y ejercer lo que es.
Puede parecer duro decirlo, pero la “regaladera” masiva de víveres que lleva a cabo el gobierno debería ser motivo de preocupación, por tres razones:
1.- No se ha hecho con criterio, sino como garduña electorera.
2.- Servirá para justificar dinero, para el cual no tienen explicaciones varios funcionarios.
3.- Se está creando cultura de la dependencia, lo que cuesta revertir posteriormente.
No se puede ofrecer libertad y al mismo tiempo “derechos a recibir todo”. Nunca una sociedad dependiente, sometida, sumisa y esclavizada se ha desarrollado. Nunca.
En dichas sociedades se forman dos grupos bien marcados:
• Quienes producen
• Quienes viven de lo que se produce
Como es fácil suponer, nadie quiere trabajar para que otros vivan y, en cambio, todos quieren vivir del trabajo ajeno. Así, cada vez son más los mantenidos, y menos los mantenedores. Y no creo que sea necesario ser explícito con las consecuencias económicas, políticas y sociales que esto conlleva.
Creo que he esgrimido suficientes razones para afirmar que El Salvador está en un franco proceso de destrucción. Se destruye la poca unidad, la poca dignidad, la poca institucionalidad y la poca libertad que se tiene. Se destruye la esperanza que debe abrigarnos, lo salvadoreño que debe distinguirnos y el futuro que debe unirnos. Se destruye la República, la Patria y la Democracia. Se destruye lo que fuimos, lo que somos y lo que estamos llamados a ser.
Necesitamos llenarnos de dignidad y reconstruir la unidad, para defender y promover la libertad; debemos sacar nuestro salvadoreñismo y construir la esperanza que nos llevará al futuro. Defendamos la Patria y la Democracia, con la espada de la República. “Y juremos la vida animosos, sin descanso, a su bien consagrar”.

Psicólogo, candidato a diputado por el PDC.