Minoría

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El video fue publicado en 1998, pero ha ganado popularidad con el cierre del programa después de 34 años de transmisión. Foto: Imagen de carácter ilustrativo y no comercial/ https://www.youtube.com/watch?v=UTHVUMockoU

Por Jorge Castrillo

2021-12-28 6:00:53

"Tiempos recios” es el título de la novela que Mario Vargas Llosa publicó hace un par de años y que tiene por escenario la vecina capital de Guatemala. Ambientada en la medianía del siglo pasado, tiempos recordados sólo por una pequeña minoría de nuestra población y vividos por menos aún, presenta una región dominada por tiranos de fuerte personalidad, largas ambiciones y escasos escrúpulos y por los empresarios (internacionales en este caso, pero nacionales las más) que medran alrededor del poder, culpables de las maneras empleadas para hacerlo.

Los incipientes sistemas de comunicación de la época (“Guerra fría”) imprimían una cierta lentitud al desarrollo de los acontecimientos pues operaban en base a mensajes portados por emisarios que viajaban para comunicarlos. Las “llamadas de larga distancia” (tal la expresión por la que se las conocía, aunque la distancia fuera entre Guatemala y Managua), eran caras, difíciles y escasas.

Las pocas, estrechas y oscuras carreteras tornaban peligrosos los viajes y más fácil la intercepción de las personas en el trayecto. Son personajes favoritos de este tipo de novelas los encargados de las “oficinas de inteligencia”, seres necesariamente oscuros y de escasa conciencia, que prefieren moverse en las penumbras para no ser blanco fácil de los deseos de retaliación que generan en las familias de todos los que vejan, torturan y vulneran.

El Salvador es mencionado como cuna de la bella y acomodaticia protagonista femenina que, si bien tiene un papel secundario, es no menos importante en el desarrollo de la trama. Lectura recomendada para este tiempo de vacaciones.

De vuelta a la realidad presente, las noticias internacionales informaron al inicio de este mes que la comisaria de Igualdad de la Comisión Europea, Helena Dalli, anunció la retirada de una guía interna distribuida entre el personal de esa Comisión para promover un lenguaje inclusivo pero que creó polémica por recomendar referirse a las “fiestas” en lugar de a la Navidad.

“No es un documento maduro y no cumple los estándares de calidad de la Comisión. Las recomendaciones claramente necesitan más trabajo por lo que retiro el documento y trabajaremos más sobre él”, explicó Dalli en un breve comunicado difundido únicamente a través de su cuenta en Twitter”. ¡Habrase visto tamaño despropósito! Lo inmaduro no es el documento sino quien lo gesta y trabaja, señora.

Como en todo hecho humano, varias interpretaciones son posibles. La primera reacción espontánea es “¿y a usted qué le importa lo que yo celebre para querer prohibirlo?” pero hasta allí llega. “La ignorancia es atrevida” sería la frase a usar si se quiere ser benigno en el juicio y suponer que la propuesta viene impulsada por funcionarios desinformados y tontos que existen en todas partes del mundo en que vivimos.

Si el ánimo se enciende un poco más y lo gana la cólera que solo busca desahogo inmediato quizás expresará “Pero ve que tales por cuales”. Ahora, si el documento se interpreta como resultado de un esfuerzo intencional, taimado y persistente de atacar una de las tradiciones más queridas y respetadas del mundo conocido, conmemoración de un hecho histórico, puede que su expresión sea más directa y le salga del alma decir: “Hijos de su señora madre”.

Los periodistas, en su afán de clasificar en criterios sencillos los hechos que reportan, dijeron que las airadas críticas y reacciones vinieron de sectores de la derecha tradicional europea. ¿Era la intención presentar a esa derecha tradicional como una minoría? Puede ser.

Pero una vez que la noticia recorrió el mundo, apuesto que paró los pelos y encendió las emociones de muchos que no estarían de acuerdo en ser clasificados como derecha, sino que preferirían ser llamados personas con sentido común. ¿Cómo no voy a desear Feliz Navidad si lo que se celebra es el natalicio de Jesús? ¿Qué usted no es católico, ni cristiano?

Pues tenga agallas, sea consistente con sus creencias y no tome vacaciones ni haga fiestas para la Natividad del Señor. Los cristianos no toman vacaciones, ni se postran en dirección alguna ni ayunan en otros períodos del año y no por eso se deben sentir excluidos, disminuidos o maltratados.

La situación se antoja una que se resuelve fácilmente aplicando el sentido común. Pero, por los vientos que soplan por todos lados, como que es verdad que “el sentido común es el menos común de los sentidos”.

Pareciera que las minorías ¿? sensatas, ya cansadas de su propia inacción y silencio, finalmente han decidido comenzar a poner límites a los absurdos a los que nos ha llevado lo políticamente correcto, el engorroso lenguaje inclusivo y de género, la alambicada susceptibilidad extrema que salta donde no existe ofensa. ¿Tardará mucho la humanidad en darle vuelta a la tortilla, en equilibrar el respeto con la sensatez, la dignidad humana con la expresión franca y directa?

Espero que a la señora comisaria H. Dalli no le dé patatús -si le da, es solo responsabilidad de ella- si me lee hoy decirle a la minoría que conforman los lectores de este periódico, de todo corazón y con agradecimiento a su paciencia, regocijémonos señoras y señores pues nos ha nacido un niño, ¡FELIZ NAVIDAD!

Ojalá que, naciendo en nuestros corazones, permanezca en ellos todos los días del próximo año; que sepamos agradecer siempre por la salud y el bienestar, por cada nuevo día al que abramos los ojos para trabajar con cariño y dedicación en lo que cada quien hace bien. Quiera Dios que estén siempre con nosotros, vivos en nuestra memoria, aquellos a quienes no podremos abrazar esta Navidad de Nuestro Señor.