En el devenir de trabajo he observado ciertos errores que son comunes cuando se arranca con un proceso de inmigración. Si está por dar este paso, revise las circunstancias que le señalaré a continuación a fin de no cometerlos y que su caso se maneje con total diligencia.
Conozca su proceso. Esto arranca desde el hecho básico de leer las instrucciones que cada aplicación posee, sí, esas que muchos normalmente optan por “saltar” porque creen que no son importantes.
Es clave que usted se familiarice con los costos, los tiempos de espera, las formas y documentos de soporte; y muy importante, con los requisitos, las prohibiciones y las limitantes del proceso. Esto para que de entrada esté sabedor y no cometa errores desde que emprenda el caso. Si buscará ayuda para esta etapa, asegúrese que sea profesional, verifique el prestigio y trayectoria de quien le asesore, no vaya a terminar complicándose más de entrada pues como sabemos, de todo hay en la viña.
Ahora que ya conocemos las instrucciones de los formularios, sigámoslas lo más fielmente posible. Si las indicaciones dicen que los documentos que se anexen al proceso deben ir traducidos al inglés, hágalo; si el documento requiere pruebas, apórtelas; importantísimo, sea honesto con la información que ofrece, no oculte datos pues no le ayudará en nada al proceso. Además, tenga en cuenta que la mayoría de formas de inmigración son declaraciones juradas, así que no puede esperar que un proceso llegue a feliz término si lo está iniciando sobre la base de información personal falsa e imprecisa.
Si alguien más está llenando las aplicaciones por usted, recuerde que como solicitante está obligado a conocer la información que se está consignando en los formularios, y manejarla de alguna manera, sino a memoria, al menos las generalidades. No puede darse el lujo de desconocer su propia información, o la de su peticionario directo, así como tampoco desconocer en qué etapa va su proceso.
Debe igualmente informarse en los sitios y cuentas oficiales de las instituciones intervinientes en un proceso migratorio (Servicio de Inmigración y Ciudadanía USCIS, Centro Nacional de Visas NVC y Embajada de Estados Unidos en el país); debe estar al tanto de las actualizaciones de información y noticias que de ellos emanan a fin de que su caso avance de forma más ágil.
En general, asegúrese de firmar los formularios, ya sea física o electrónicamente, dependiendo de la instrucción. Cerciórese que los está enviando a las direcciones correctas y en la forma indicada y, por supuesto, que está utilizando las formas más recientes y no versiones obsoletas que ya han sido reemplazadas.
Si ha tenido presencia en los Estados Unidos –como hemos explicado en otras oportunidades- debe transparentarlo e investigar qué tanto le afecta a la fecha lo sucedido, así como las posibles vías de solución.
Ahora que el mundo es tan tecnológico, mucho cuidado con lo que publica, comparte o comenta en sus redes sociales. Eso puede dilatar o incluso detener su proceso migratorio.
Y, por supuesto, la premisa quizá más determinante de todas: iniciar el proceso sobre la base la verdad y la razón del ser del trámite; es decir, si el proceso se basa en el matrimonio o el nexo sanguíneo, que éstos sean reales y de buena fe; digo esto por los casos de matrimonio que se dan para obtener residencia, o establecer un parentesco que no se tiene, para el caso generar el asiento de un hijo no biológico como si lo fuera y posteriormente iniciar un proceso de reunificación familiar. Esto es fraude y no nos llevará a nada bueno. En cuestiones de inmigración la verdad siempre debe ir por delante.
Directora de COIMSAL Asesoría Migratoria
www.asesoriamigratoriacoimsal.com