Tras años del fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la reubicación masiva de judíos que huían de la persecución y violencia, la comunidad parece nunca tener descanso. A pesar de que muchos escaparon a Estados Unidos, la tierra de oportunidades, los judíos americanos aún se ven aterrorizados por actos antisemitas. Eventos como el ataque a una sinagoga en Pittsburgh durante las festividades del Sabbat que cobró once vidas en 2018 hacen que los judíos americanos teman por su seguridad por simplemente practicar su fe y celebrar su identidad.
El grafiti que marca las paredes de las sinagogas, las amenazas y los ataques a los miembros de la comunidad son muestras de que la historia del antisemitismo no terminó con la caída de Hitler. Las nuevas generaciones aún temen y muchos tratan de cubrir su identidad judía por miedo a ser agredidos. De acuerdo con un estudio publicado por la American Jewish Community (AJC), 88% de judíos americanos ven el antisemitismo como un problema relevante y 82% creen que el nivel de antisemitismo ha incrementado durante los últimos 5 años.
El estudio revela que actualmente los jóvenes son el mayor blanco, siendo el 41% de judíos entre 18 y 49 años victimas de violencia o acoso. De ese mismo grupo, el 22% fueron atacados a través de redes sociales, las cuales son utilizadas como armas anónimas por aquellos intolerantes. Publicaciones de influencers judíos se ven bombardeadas por comentarios con alusión a Palestina y al lema “Free Palestine”, sin importar el contenido que publiquen. Esto refleja un mayor problema, ya que se les adjudica responsabilidad a miembros de la comunidad por las acciones violentas del gobierno israelí hacia Palestina y el interminable conflicto dentro de la región. Muchos toman este tipo de comentarios como muestras de antisemitismo puesto que no son la forma idónea de mostrar descontento y el enojo está dirigido incorrectamente, ya que estos usuarios no tienen influencia sobre el gobierno que comete estas acciones.
Adicionalmente, los estereotipos no son cosa del pasado y son alentados por los medios. Judíos americanos han expresado su descontento por la manera como han sido retratados en películas populares a lo largo de los años, pues los personajes representan estereotipos negativos que demonizan a la comunidad. Por ejemplo, muchos de los villanos de las películas animadas toman susodichas características judías o incluso utilizan sus símbolos.
Gran parte del incremento de actos antisemitas —el nivel más alto en 40 años— se debe al actual clima sociopolítico y a la falta de educación. Hoy en día aún existen personas que niegan el Holocausto y hay plataformas de redes sociales que no consideran la negación de este evento como una forma de lenguaje de odio. Asimismo, el sistema educativo estadounidense ha fallado en educar a los jóvenes acerca del impacto que la Segunda Guerra Mundial ha tenido en la comunidad, puesto que 24% de los estadounidenses no conoce acerca del Holocausto y sus implicaciones.
La era de Trump ha causado que muchos se sientan libres de expresar abiertamente su disgusto con la comunidad, por lo que cada día la presencia de neonazis y supremacistas blancos es más visible. Algunos de los simpatizantes más extremistas del mandatario, como los miembros del grupo Proud Boys, lucen camisetas con frases como “6 million wasn’t enough o Camp Auschwitz” haciendo alusión a que las victimas judías del Holocausto “no fueron suficientes”. A pesar de que gran parte del acoso que los judíos experimentan no termina en actos de violencia, cualquier tipo de odio o discriminación debe ser condenado, especialmente cuando se sabe el resultado de llegar a considerarlos “normales”.
Estudiante de Licenciatura en Economia y Negocios
Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)