Antisemitismo, el mal que nunca muere

La era de Trump ha causado que muchos se sientan libres de expresar abiertamente su disgusto con la comunidad, por lo que cada día la presencia de neonazis y supremacistas blancos es más visible. Algunos de los simpatizantes más extremistas del mandatario, como los miembros del grupo Proud Boys, lucen camisetas con frases como “6 million wasn’t enough o Camp Auschwitz”

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La vida cotidiana de la familia de Flor María García ha quedado suspendida desde el pasado martes 16 de marzo por la noche, cuando el esposo de ella les informó que Flor no había regresado desde las 6:30 de la mañana que salió desde Cojutepeque hasta San Salvador. Foto EDH/ Lissette Lemus

Por Adriana Delgado

2021-03-20 3:57:20

Tras años del fin de la Segunda Guerra Mundial en 1945 y la reubicación masiva de judíos que huían de la persecución y violencia, la comunidad parece nunca tener descanso. A pesar de que muchos escaparon a Estados Unidos, la tierra de oportunidades, los judíos americanos aún se ven aterrorizados por actos antisemitas. Eventos como el ataque a una sinagoga en Pittsburgh durante las festividades del Sabbat que cobró once vidas en 2018 hacen que los judíos americanos teman por su seguridad por simplemente practicar su fe y celebrar su identidad.
El grafiti que marca las paredes de las sinagogas, las amenazas y los ataques a los miembros de la comunidad son muestras de que la historia del antisemitismo no terminó con la caída de Hitler. Las nuevas generaciones aún temen y muchos tratan de cubrir su identidad judía por miedo a ser agredidos. De acuerdo con un estudio publicado por la American Jewish Community (AJC), 88% de judíos americanos ven el antisemitismo como un problema relevante y 82% creen que el nivel de antisemitismo ha incrementado durante los últimos 5 años.
El estudio revela que actualmente los jóvenes son el mayor blanco, siendo el 41% de judíos entre 18 y 49 años victimas de violencia o acoso. De ese mismo grupo, el 22% fueron atacados a través de redes sociales, las cuales son utilizadas como armas anónimas por aquellos intolerantes. Publicaciones de influencers judíos se ven bombardeadas por comentarios con alusión a Palestina y al lema “Free Palestine”, sin importar el contenido que publiquen. Esto refleja un mayor problema, ya que se les adjudica responsabilidad a miembros de la comunidad por las acciones violentas del gobierno israelí hacia Palestina y el interminable conflicto dentro de la región. Muchos toman este tipo de comentarios como muestras de antisemitismo puesto que no son la forma idónea de mostrar descontento y el enojo está dirigido incorrectamente, ya que estos usuarios no tienen influencia sobre el gobierno que comete estas acciones.
Adicionalmente, los estereotipos no son cosa del pasado y son alentados por los medios. Judíos americanos han expresado su descontento por la manera como han sido retratados en películas populares a lo largo de los años, pues los personajes representan estereotipos negativos que demonizan a la comunidad. Por ejemplo, muchos de los villanos de las películas animadas toman susodichas características judías o incluso utilizan sus símbolos.
Gran parte del incremento de actos antisemitas —el nivel más alto en 40 años— se debe al actual clima sociopolítico y a la falta de educación. Hoy en día aún existen personas que niegan el Holocausto y hay plataformas de redes sociales que no consideran la negación de este evento como una forma de lenguaje de odio. Asimismo, el sistema educativo estadounidense ha fallado en educar a los jóvenes acerca del impacto que la Segunda Guerra Mundial ha tenido en la comunidad, puesto que 24% de los estadounidenses no conoce acerca del Holocausto y sus implicaciones.
La era de Trump ha causado que muchos se sientan libres de expresar abiertamente su disgusto con la comunidad, por lo que cada día la presencia de neonazis y supremacistas blancos es más visible. Algunos de los simpatizantes más extremistas del mandatario, como los miembros del grupo Proud Boys, lucen camisetas con frases como “6 million wasn’t enough o Camp Auschwitz” haciendo alusión a que las victimas judías del Holocausto “no fueron suficientes”. A pesar de que gran parte del acoso que los judíos experimentan no termina en actos de violencia, cualquier tipo de odio o discriminación debe ser condenado, especialmente cuando se sabe el resultado de llegar a considerarlos “normales”.

Estudiante de Licenciatura en Economia y Negocios

Club de Opinión Política Estudiantil (COPE)