Recorrido histórico por la consulta externa del ISSS

Es indudable que muchos cambios se han operado en la institución en las últimas décadas, el problema es que lo hace a velocidad de carreta tirada por bueyes.

descripción de la imagen
Mario Vega, líder de la Iglesia Elim. Foto EDH / Jonatan Funes

Por Rodolfo Chang Peña

2021-12-04 4:33:36

En 1969 el 70% del total de la población asegurada se concentraba en el área metropolitana y la principal infraestructura sanitaria de la institución era el Hospital General, relativamente recién inaugurado y puesto en marcha. Tenía una capacidad de unas 500 camas censables y un enorme consultorio externo de tres plantas en el costado suroeste, cuya entrada principal quedaba frente al estacionamiento del costado sur.

Tanto las demandas de consulta externa como las de hospitalización generadas por un contingente de más de medio millón de derechohabientes acudían al Hospital General. En el enorme consultorio se atendían diariamente unas 1,600 consultas de Medicina General, algo más de 700 consultas de especialidades y alrededor de 200 consultas de Emergencia, esta última ubicada en el nivel del Sótano 1 con acceso por la esquina del “Palo de hule”.

La atención ambulatoria de Medicina General era atendida por el llamado “Médico de adscripción” y las especialidades con referencia y previa cita. El primero era el actor más importante del Sistema Médico Familiar, concepción originalmente mexicana acuñada en el IMSS de los sesenta y tantos. Pretendía poner orden cuando existían grandes volúmenes de consultantes, brindar Medicina Integral (Curativa, Preventiva y Restaurativa) y evitar la policonsulta (Consultar simultáneamente en varios sitios), poliexpediente clínico (Un mismo asegurado con varios expedientes) y polifarmacia (Apropiarse de recetas repetidas de un mismo fármaco).

De conformidad con el Sistema Médico Familiar a cada profesional se le asignaban 2,500 derechohabientes y éstos solamente podían consultar con el médico al cual estaban adscritos. La idea era robustecer la relación médico- paciente y así estar en mejores condiciones para proyectarse a la familia y comunidad, con medidas, acciones y consejos de autocuidado para mantener sana y con bienestar a la población bajo responsabilidad. El sistema se implementó en el ISSS con asesoría del Dr. Luis Castelazo Ayala, Subdirector Médico de Instituto Mexicano del Seguro Social, y de varios expertos como los doctores César Lechuga, Gastón Novelo y otros que escapan a la memoria.

El Consultorio Externo del Hospital General del ISSS funcionó aceptablemente pese a que se atendían diariamente grandes cantidades de consultantes y relativamente el número de inconformidades y quejas fue reducido. La colaboración del personal fue crucial que con frecuencia trabajó más allá del deber. Algunos héroes de esas inolvidables jornadas fueron por ejemplo los señores Dymas Valencia y Miguel Ángel Bracamonte que junto con su personal, extraían y archivaban manualmente alrededor de 3,000 expedientes clínicos cada 24 horas; las incansables trabajadoras sociales que divulgaban, orientaban y educaban a los consultantes y resolvían cantidad de problemas de diversa índole, recuerdo a las señoras Gladys de Rosales, Elisa Manzano de Rosa, Ruth de Molina y otras no menos diligentes. Las doctoras Vera Alicia de Navas, Jefe Regente de la Farmacia institucional y Haydeé de Quijano, Jefe de Farmacia del Consultorio que junto a su personal, despachaba manualmente no menos de 4,000 recetas diarias. Por cierto eran requisitos para solicitar atención medica u odontológica presentar la tarjeta de afiliación y el certificado patronal.

En la década de los Setenta y parte de los Ochenta del siglo pasado, lo que estaba concentrado en el complejo de edificios que rodeaban al Hospital General, empezó a desplazarse hacia la periferia de la región metropolitana. La Gineco Obstetricia y Neonatología se trasladó a la Unidad 1° de Mayo y la Medicina General y varias especialidades, además de otras dependencias como Medicina del Trabajo, Medicina Preventiva y sus programas, Medicina Física, etc., se trasladaron a las Unidades de Atlacatl, San Jacinto, Santa Anita, Zacamil, etc. Por supuesto que la descentralización antes descrita produjo sustantivas mejoras; no obstante, perdió vigencia la integralidad que perseguía el Sistema Médico Familiar y el énfasis se orientó mas bien hacia la “Adscripción a consultorio” y Medicina Curativa.

La modernización gradual y progresiva del apoyo informático en la mayoría de dependencias se tradujo en la disminución de los tiempos en no pocos procedimientos. Otra acción relevante fue la profundización de la descentralización de la consulta médica en las clínicas empresariales y comunales que acercó los servicios a los derechohabientes, medida implementada a fines del siglo XX y completada años después. No menos importante ha sido la mayor eficiencia en el control de la situación de cada asegurado que condujo a la eliminación de la tarjeta de afiliación y certificado patronal, ahora basta presentar el documento único de identidad (DUI) para solicitar prestaciones. Es indudable que muchos cambios se han operado en la institución en las últimas décadas, el problema es que lo hace a velocidad de carreta tirada por bueyes.

Médico.