Propósitos de Año Nuevo

Enero proviene de ‘januarius’, del latín ‘Janus’ (Jano), dios de las puertas, los umbrales y los puentes. Dios de caras contrapuestas, puede ver el pasado y predecir el futuro

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Por Carlos Alberto Saz

2021-01-24 9:05:04

Año nuevo, vida nueva… sí reza el dicho popular, indicando que el nuevo año lo iniciemos con una nueva vida, una vida de progreso, de bienestar, de perdonar, de nuevas perspectivas, de nuevos anhelos, en fin, una nueva vida que nos transforme en personas mejores, en aras de la paz, la tranquilidad, el bienestar y la salud que tanto anhelamos, principalmente en esta época del COVID-19, esperando con fe, que esta pandemia desaparecerá pronto. Confiemos, entonces, en Dios, que siempre oye a quien le pide con vehemencia.
El regalo más precioso que nos pueda ofrecer el año nuevo es el amor, la comprensión y la responsabilidad. Nada tan valioso como la riqueza espiritual que nos proporciona el amor y los demás valores que enriquecen la personalidad humana.
Ello nos recuerda un artículo periodístico que publicara en febrero de 1998 la destacada psicóloga, licenciada Leticia Calderón de Orellana, quien fuera catedrática de la Universidad Nacional y maestra de quien esto escribe.
“Tener papá y mamá dentro de una familia responsable y morosa —dice la licencia de Orellana— compensa privaciones materiales; se puede vivir en una casa humilde, se puede comer salteado, se puede tener poco de todo; pero si están el padre y la madre solícitos con sus hijos e hijas, estos se fortalecen para enfrentar constructivamente la existencia, aunque el medio sea alienante”.
Por eso es que en esta y en todas las épocas del año, el amor debe estar presente en nuestros corazones, enmarcado en los valores del espíritu, con ejemplos edificantes de una conducta equilibrada, en donde la razón, la bondad y el deber sean la trilogía de un auténtico amor hacia la familia.
Y con relación al origen de la palabra ‘enero’, leemos lo que dice el suplemento número 9 de la revista mexicana “Muy interesante”, correspondiente a septiembre de 1996:
“Enero es la puerta del año. Nunca mejor dicho, porque su etimología así lo declara: enero proviene de ‘januarius’, del latín ‘Janus’ (Jano), dios de las puertas, los umbrales y los puentes. Dios de caras contrapuestas, puede ver el pasado y predecir el futuro. Los romanos le dedicaron el primer mes del año”.
Pero es más amplia la explicación que ofrece el libro “Origen de las palabras estrafalarias, del lexicólogo español José Calles Vales, Editorial LIBSA, Madrid, España, 2002. Dice así:
“Enero. Término masculino que describe el primer mes del año, con el que empieza el calendario. Téngase en cuenta, como aseguraban los antiguos, que enero es la puerta del año. Debía, por tanto, este mes estar dedicado al dios Jano. Jano es el dios de todo comienzo y se invoca al amanecer, se le dedica el primer mes, y su objeto predilecto es la puerta: su templo permanecía siempre con las puertas abiertas para que favoreciera a los romanos”.
Y continúa: “Sus símbolos son la llave y el báculo. Se representaba a este dios con dos caras, y esto convenía mucho al mes de enero, porque con un rostro observamos el año que se va, y con el otro enfrentamos la nueva vida del año nuevo. El mes dedicado a Jano (Numa Pompilio lo hizo) habría de llamarse januarius’, que en latín vulgar es ‘jenuarius’ o ‘ienuariois’.
“Desde muy temprano, allá por el siglo XI encontramos en castellano formas y variantes como ‘yenair’, ‘ianero’, ‘ianer’, ‘jenero’, y en el siglo XVIII ya enero. La ‘j’ se mantiene en algunas lenguas, como en italiano ‘jannaio’, en francés ‘janvier’, etcétera. Dos cosas hay que tener presentes en enero, según la tradición: que hay que tomar alimento caliente y que no se puede uno levantar de la mesa con sed. Y un proverbio ‘El pollo de enero, a San Juan es comedero’ ”.
Y todos conocemos la frase “La cuesta de enero”, que indica los gastos que tiene que hacer la familia, como el de los útiles escolares y la matrícula de los hijos, las deudas pendientes, etc. y no tenemos ni un centavo disponible, pues con los gastos de la Navidad nos hemos quedado a cero.
¡Bendecido y próspero 2021, estimados lectores de EL DIARIO DE HOY!

Maestro, sicólogo, gramático.