Un tributo a todo el personal médico y auxiliares

Llamo a cada médico que falleció luchando contra el mal, “la mejor gente” pues no se trata de cuántas maestrías se tengan o cuánta experiencia y trayectoria se coseche sino ese deseo de servir. ¿Que los médicos no tenemos miedo a morir? Claro que sí; pero yo al menos tengo más miedo de ser portador y contagiar esa es la mejor gente que ha parido El Salvador.

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por Ricardo Lara

2021-07-08 5:28:07

En el Mes del Médico es necesario no olvidar a todas los colegas que ofrendaron la vida por salvar a un compatriota. La partida de un colega no solo es la ausencia física de él, sino también la presencia y la vida de sus pacientes.
Nunca el personal médico había sufrido tantas bajas y es a ellos a lo que se les debe rendir tributo en el mayor silencio y recordar a esos seres humanos con nombre, con vidas, con familias y con historias estuvieron prestos a luchar en la pandemia del #COVID_19 , se podría decir en una batalla totalmente desigual y es a esas familias que van dirigidas estas líneas.
Tristemente vivimos en un país donde todo se olvida y seguimos en ese sinsentido a la vida donde importa más el ahora que nuestro pasado y ese pasado lleno de dolor, de miedo y pérdidas humanas es la mejor forma de recordar a cada uno de ellos que dieron su vida por salvar la de otros.
No aparece en el Juramento de Hipócrates que el galeno debe dar la vida por sus pacientes, pero nuestros colegas rompieron ese Juramento: lo hicieron grande.
Este mes debe servir para que todo médico haga una profunda reflexión, pues todos los colegas que partieron nunca se imaginaron ni por cerca morir en el cumplimiento del deber, y quien estas líneas escribe sabe que en segundos todo cambia para los que estamos en primera línea y a aquellos maestros de la medicina que abrieron brecha para luchar cara a cara contra un virus no se les puede llamar héroes sino mártires. Mujeres y Hombres, padres de familia que en un santiamén se contagiaron, se enfermaron y murieron.
Por ellos debemos recordar que la pandemia sigue que el virus sigue mutando y nos podemos convertir en uno más. No sé si el otro año seguiré en este mundo dando batalla a ese enemigo letal, no lo sé pero me siento orgulloso de llevar más de un año luchando día a día por salvar vidas y ese orgullo es compartido con todo el personal médico.
Lo importante es que basta un médico que rinda un homenaje a su gente para que sigan viviendo en la memoria histórica de la medicina, del amor y de la entrega. Julio ya no invita a aquellas celebraciones donde el festejo abundaba, no; ahora debe ser la oración por ellos que ofrendaron su vida luchando; sin embargo, El Salvador olvida su historia, cueste lo que cueste, el respeto inherente a un trabajador de la salud que exponía su vida debe ser siempre recordado en los que seguimos trabajando en el sector salud.
¿Quién se extraña por la pérdida de colegas que han fallecido en este año? ¡Nadie!
Más allá de sus seres queridos la grandeza de esos momentos cuando se despedía a un colega fue quizá un arrebato de emociones, como espuma que en un momento sube y en segundos baja; pareciera que el morbo supera con creces al dolor. Nadie recuerda a esos hijos que perdieron a su padre y a su madre. ¿Qué es de ellos? Aquí todo es efímero, hasta la muerte.
No puedo olvidar a un maestro de la medicina, de pie, bajo la lluvia despidiendo a su colega y amigo. Esos médicos son ejemplos por seguir, por imitar.
Personalmente no tengo nada que celebrar. Aún mi corazón recuerda a tantos colegas que fueron víctimas de esta pandemia. ¡Gracias, muchísimas gracias a cada colega que dio su vida para salvar al prójimo, gracias! Llamo a cada médico que falleció luchando contra el mal, “la mejor gente” pues no se trata de cuántas maestrías se tengan o cuánta experiencia y trayectoria se coseche sino ese deseo de servir. ¿Que los médicos no tenemos miedo a morir? Claro que sí; pero yo al menos tengo más miedo de ser portador y contagiar esa es la mejor gente que ha parido El Salvador.
Desde el médico interno que murió hasta el médico jubilado que regresó a aportar por salvar vidas en esta guerra desigual de la pandemia ¡Gracias, Mártires, gracias! Que si la gente los olvida, Dios, la Patria y sus familias no lo harán.

Médico.