35 años de los Acuerdos de Esquipulas: El camino centroamericano hacia la paz

Ahora que nos encontramos a 35 años de ese momento, y a 30 años de integración regional bajo una visión multidimensional e intersectorial mediante el SICA, es tiempo de reflexionar de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. La recuperación económica, social y ambiental postpandemia está a las puertas, ¿cuál es la nueva realidad que queremos construir? ¿Realmente deseamos regresar al mundo tal como lo conocimos antes de la pandemia?

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Foto: Alecus

Por Vinicio Cerezo

2021-05-24 8:12:11

Este año 2021 es el escenario de hitos simbólicos para la región como el Bicentenario de la Independencia de Centroamérica, los 30 años del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), y el que conmemoramos actualmente, los 35 años de los Acuerdos de Paz de Esquipulas. Estamos ante una oportunidad única para reflexionar sobre la historia recorrida, analizar los avances actuales, pero ante todo, asumir la obligación moral de construir un mejor futuro para la región centroamericana.
A finales de los años 70 y mediados de los 80 sufrimos una de las épocas más dolorosas de nuestra historia. Varios países de Centroamérica, aunque con una realidad propia, experimentaron el surgimiento de movimientos civiles que derivaron en conflictos armados fuertemente influenciados por la política de intervención de las potencias hegemónicas enfrentadas en la Guerra Fría. La guerra civil en Guatemala y El Salvador, así como la Revolución Sandinista en Nicaragua eran parte de los conflictos de baja intensidad que se desataron a nivel global durante ese período. La región era entonces el tablero de ajedrez de países extranjeros. Nos encontrábamos inmersos en un pésimo negocio: otros nos vendían las armas y nosotros poníamos los muertos.
Luego de varias propuestas de mediación para alcanzar la paz, como la Iniciativa Wright-Reagan de los Estados Unidos, o las del Grupo de Contadora, nos dimos cuenta de que todas carecían de algo fundamental: un espacio de diálogo político al más alto nivel que incluyera a los cinco presidentes, sin excepciones, para que con nuestras propias manos pudiéramos construir caminos centroamericanos para la paz.
Para lograrlo, propuse que nos aisláramos en el Seminario de Claustro de Esquipulas, un lugar con mucho simbolismo por ser la Capital Centroamericana de la Fe, para que los presidentes Napoleón Duarte, de El Salvador; José Azcona, de Honduras; Daniel Ortega, de Nicaragua; Óscar Arias, de Costa Rica, y este servidor por parte de Guatemala, pudiéramos reunirnos sin que nadie nos interrumpiera y sin presiones externas que influenciaran nuestras decisiones. Nos propusimos no salir hasta alcanzar un acuerdo por la paz de Centroamérica. Hacer realidad esa voluntad política que se necesitaba para poner fin a los conflictos que para ese entonces ya habían cobrado la vida de más de 400 mil personas, 100 mil desaparecidos, miles de personas desplazadas de sus tierras y millones de refugiados.
Así vio la luz la Declaración de Esquipulas I, el 25 de mayo de 1986, convirtiéndose no solo en la Primera Reunión de Presidentes Centroamericanos como espacio de diálogo político permanente que luego se retomó en el Protocolo de Tegucigalpa para ser el Órgano Supremo del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), sino que también se constituyó en el primer gran paso hacia un consenso regional por la paz y la democracia.
El esfuerzo alcanzado en Esquipulas I fue completado en agosto del año siguiente con la Declaración de Esquipulas II: El Procedimiento para Establecer la Paz Firme y Duradera en Centroamérica. Los Acuerdos de Paz de Esquipulas, más los sucesivos acuerdos de paz a nivel interno de los países en conflicto, son probablemente el momento histórico más importante para Centroamérica solamente después de la misma Independencia de España.
Ahora que nos encontramos a 35 años de ese momento, y a 30 años de integración regional bajo una visión multidimensional e intersectorial mediante el SICA, es tiempo de reflexionar de dónde venimos, dónde estamos y hacia dónde vamos. La recuperación económica, social y ambiental postpandemia está a las puertas, ¿cuál es la nueva realidad que queremos construir? ¿Realmente deseamos regresar al mundo tal como lo conocimos antes de la pandemia?
Si algo nos han dejado de lección los Acuerdos de Esquipulas es que los centroamericanos debemos ser los protagonistas de nuestro futuro, arrebatar a las páginas de la historia la oportunidad de escribir un mejor futuro como región. Esquipulas nos trajo la paz, pero ahora es tiempo de alcanzar el desarrollo sostenible, verde, digital e inclusivo para que esa paz y democracia estén finalmente completas. Podemos alcanzar mucho más actuando juntos como región que individualmente. La integración centroamericana es nuestro mejor instrumento para alcanzar un nivel de desarrollo donde no dejemos a nadie atrás.

Secretario General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), Presidente de Guatemala 1986-1991