Globalización, bitcoin y dinero

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por Manuel Hinds

2021-06-17 5:48:54

Muchas personas, viendo el rechazo generalizado que la conversión del bitcoin en una moneda de curso legal en El Salvador ha generado entre los economistas más distinguidos en el mundo entero, se hacen las siguientes preguntas: si la tendencia del mundo va hacia la globalización, y hacia las interconexiones electrónicas que permiten a cualquier persona participar como igual en redes globales, ¿por qué oponerse al Bitcoin, si es que, piensan ellos, tiene varias ventajas? Las ventajas que enumeran son:

Primero, es una red mundial, a la que cualquiera puede entrar, que establece conexiones que permiten transferir algo (dinero en este caso) a cualquier lugar en el planeta.

Segundo, piensan que resultaría en un sistema monetario más estable que el que existe ahora porque la creación de dinero no estaría en manos de políticos sino de una regla que se definió en el momento de su creación, que establece que cada vez se creen menos bitcoins hasta llegar a un máximo de 21 millones de ellos en 2140.

Tercero, creen que el sistema con el que se transfieren los bitcoins, llamado blockchain o cadena de bloques, es el más eficiente que hay, que abre nuevos mercados porque es o será aceptado como moneda en todo el mundo para almacenar valor (guardar recursos sin que se devalúen).

Cuarto, piensan que el bitcoin sería una manera de mantenerse protegidos de la vigilancia de los burócratas porque el bitcoin es un sistema críptico que mantiene el secreto de quienes tienen bitcoins y a quien se los mandan o de donde los reciben. Lo ven como un instrumento para librarse del abuso del poder estatal.

Si el bitcoin llenara estos requisitos, sería una moneda ideal. En realidad, sin embargo, el bitcoin no llena ni uno de ellos: no es ni el más eficiente método de transferencia de dinero, ni siquiera es aceptado en los centros financieros grandes del mundo, y no es ni una buena unidad de cuenta ni un estándar de valor porque es demasiado volátil. De hecho, es todo lo contrario de lo que debe ser un moneda.

No ha habido una sola moneda en la historia, manejada por locos o políticos, que haya tenido la volatilidad que muestra, consistentemente, el bitcoin, que alcanza para comprar una casa en un mes pero para no pagar ni la mitad de ella un mes después (si el bitcoin cae). En el bitcoin, lo que alcanza para pagar el crédito sobre esa casa no alcanzaría a pagar ni la mitad de éste un mes después (si el bitcoin sube). La variabilidad de los precios en este sistema sería muchísimo peor que la de la moneda argentina.

Tampoco es cierto que sea el único sistema electrónico de pagos ni el más eficiente y barato. Las transacciones realizadas por PayPal y Visa son igual de rápidas de punto a punto, y la conversión de dólares a bitcoins y de bitcoins a dólares puede ser mucho más cara que los sistemas actuales que no tienen que convertir las monedas porque todo está en dólares. Además, debido a su diseño, el sistema es grotescamente pequeño al compararse con los grandes sistemas de pago como PayPal o Visa. Bitcoin solo puede transferir alrededor de siete transacciones por segundo (ahora y para siempre porque es un sistema cerrado), cuando estas otras ya trasmiten millones y tienen una capacidad infinitamente expandible.

El secretismo del sistema es lo que abre la puerta para que se use para guardar y mover dinero criminal. Esto es tan sabido que el abrir los canales oficiales salvadoreños a estos flujos ilegales internacionalmente (algo que no puede evitarse con bitcoin) pondría a El Salvador en la mira del sistema financiero internacional, que hace muchos esfuerzos para controlar el lavado de dinero y el uso del bitcoin para cobrar rescates, extorsiones y todo tipo de actividades nefastas. Esta y el costo al medio ambiente (el sistema usa la misma cantidad de energía eléctrica que Suecia) fueron las dos razones citadas por el Banco Mundial para rechazar la solicitud de ayuda de El Salvador para implementar el sistema.

El rechazo del Banco Mundial es una advertencia del sistema financiero internacional. Si El Salvador sigue con la implementación de esta idea, el país se verá tratado como un facilitador de actividades criminales por las instituciones internacionales y los mercados globales. Esto sería terrible para el país.

Máster en Economía Northwestern University