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Funcionarios de bolsillo

Es triste que un proyecto político que recibió el apoyo popular del pueblo para corregir los errores del pasado, solo los empeoré con tal de complacer los caprichos autoritarios de Bukele,  en esencia eso es el Bukelismo

Por Andy Failer
Comunicólogo y político

Este martes 26 de abril, la Asamblea Legislativa estando a una semana de cumplir un año de legislatura, lo hizo de nuevo, le volvió a dar funcionarios de bolsillo al Bukelismo. El nuevo Procurador General de la República y la reelección del Presidente del Tribunal de Ética Gubernamental,  son una muestra más de que el Bukelismo premia a quienes protegen su corrupción y que la institucionalidad salvadoreña está completamente secuestrada. Cada institución de este país ha dejado de ser independiente y eficaz, Bukele utiliza a cada uno de los funcionarios que las encabeza, como si fueran un reloj de bolsillo. Habitamos un Estado cada vez menos salvadoreño por ser más Bukelista.

En esta columna quiero tomarme el tiempo para señalar otro aspecto que también es de bolsillo, me refiero al poco o nulo interés ciudadano sobre estas elecciones de funcionarios de segundo grado. El Bukelismo impuso a su Procurador General y la ciudadanía guardó silencio, cero indignación y preocupación. Eligieron a una persona de ética muy cuestionable que nunca se atrevió a sancionar bajo su gestión los abusos de compras irregulares durante la pandemia, las contrataciones de los 11 familiares de Gallegos en la Asamblea Legislativa o los negocios de lucro familiar en el Ministerio de Hacienda de la Comisionada Recinos, y de nuevo silencio. En gran medida, creo que esto sucede por dos cosas, tristemente la ciudadanía no sabe qué hacen estas instituciones y sus titulares, como también desconocen totalmente del proceso para elegir a estos funcionarios, hoy de bolsillo. Así que hoy me veo obligado a abordar dos cosas: el concepto y el proceso.

Funcionarios de segundo grado

No entraré en tecnicismos y trataré de explicarlo de forma sencilla. El hecho de ser llamados funcionarios de segundo grado no significa que sean menos importantes, este término simplemente responde a que estos funcionarios no son elegidos por voto popular en elecciones generales, todos los funcionarios de segundo grado son elegidos por mayoría calificada (56 votos) por los diputados de la Asamblea Legislativa. Estos funcionarios son magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Consejo Nacional de la Judicatura, Tribunal Supremo Electoral, Corte de Cuentas; Procurador General y de Derechos Humanos y Fiscal General de la República. Lo más trascendental de este concepto es entender en quienes recae la principal responsabilidad. Los diputados eligen a estos funcionarios, la gran pregunta es: ¿con base en qué eligen a estos funcionarios? Y para ello es importante tener claro el proceso.

El proceso de elección

Claro está que estos funcionarios se eligen con 56 votos. Pero antes, ellos deben presentar sus perfiles ante la Asamblea Legislativa, luego la Comisión Política de este organismo, estudia dichos perfiles y entrevista a cada uno de los interesados en el cargo. En esta parte del proceso es donde siempre se da la trampa. Históricamente los partidos hacen en la comisión política un teatro, el funcionario o funcionaria a elegir lo pactan a puerta cerrada, según sus intereses partidarios. Y en esta última elección, el Bukelismo hizo lo mismo, con la diferencia que no necesita pactar con ningún partido porque cuentan con 56 votos, aunque claro, sus partidos aliados (PCN, PDC y GANA) se acoplaron al guión. Este proceso puede cambiar y reforzarse, hacerlo más participativo y con filtros sólidos que provengan de la sociedad civil y la academia, para esto solo se necesitan 43 votos que reformen el reglamento interior de la Asamblea Legislativa, Nuevas Ideas podría hacerlo, pero ellos prefieren actuar como los mismos de siempre.

***

Es triste que un proyecto político que recibió el apoyo popular del pueblo para corregir los errores del pasado, solo los empeoré con tal de complacer los caprichos autoritarios de Bukele,  en esencia eso es el Bukelismo. Y en esta nueva y decadente realidad, lo que menos hay son funcionarios con agallas que busquen hacer bien las cosas rompiendo con las mañas del pasado, porque a pesar de atestiguar todos estos males políticos, todos adoptan posturas pusilánimes y lambisconas. Prefieren ser funcionarios de bolsillo.

 

Comunicólogo y político

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