La aritmética de las pensiones

Aquí también con frecuencia vemos noticias sobre las pensiones y opiniones de economistas sobre los sistemas estatales y los sistemas privados de los fondos de pensiones y su administración. Yo, con lo poco que sé de aritmética, dos más dos seguirán siendo cuatro por más malabares y promesas que se quieran hacer.

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El príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II. Foto Archivo. EDH /AFP

Por Pedro Roque

2022-01-08 4:06:36

Si pone atención se dará cuenta de que tanto aquí como en otros países hay descontento e incertidumbre con el futuro de las pensiones. En noviembre pasado vi en Madrid un gran cartel llamando a una gran manifestación el 13.11.21 con el eslogan: “Blindar las pensiones en la Constitución”, es decir, convertir las pensiones y su administración en leyes del Estado. Imagino la complejidad de esta reivindicación, aunque los gobiernos socialistas y populistas como saben que son temporales y los problemas le quedan a los que siguen, no escatiman en prometer hasta lo que se sabe imposible de realizar. Pero como las ilusiones y esperanzas de la gente no siguen la aritmética de las pensiones sino las promesas, vuelven a elegir a quienes prometen pero no se comprometen.

Aquí también con frecuencia vemos noticias sobre las pensiones y opiniones de economistas sobre los sistemas estatales y los sistemas privados de los fondos de pensiones y su administración. Yo, con lo poco que sé de aritmética, dos más dos seguirán siendo cuatro por más malabares y promesas que se quieran hacer.

Lo normal y deseable sería que la suma de todos los diversos ingresos en cualquier sistema pensiones sean, como en todo negocio, mayores que los egresos, pero por lo que estamos viendo, ni aquí ni en otros países eso está sucediendo.

Después de escuchar una conferencia sobre los próximos diez años, la evolución del internet de las cosas, el 5G, la inteligencia artificial, la neurotecnología, la liberación de la mariguana, la evolución del tráfico de estupefacientes, la delincuencia cibernética y otros temas, explicó el conferencista que los sistemas de pensiones colapsarán porque los supuestos en que se fundamentan no suceden en la realidad.
Por ejemplo, se calcularon asumiendo pleno empleo. Que los ingresos de los cotizantes crecerían y todos cotizarían. Que el dinero se rentabilizaría por encima de la inflación. Que serían administrados con visión inteligente y financiera de largo plazo. Que no se malversarían y que después de jubilarse, los derechohabientes vivirían menos de diez años.

Pero la esperanza de vida ha crecido, se ingresa anualmente menos de lo que se paga, el número de pensionados crece y no crece el de los cotizantes en la proporción necesaria, aquí el sector informal sigue creciendo. Con la pandemia quebraron muchas empresas y se sumergieron. Las mismas organizaciones de los estados no cotizan puntualmente al sistema de pensiones y en algunos países los gobiernos han obligado a los sistemas de pensiones a prestarles los ahorros por debajo de la media de los intereses bancarios y como estas otras aventuras financieramente frustrantes para la rentabilización de los ahorros de los trabajadores a medio y largo plazo.

Resumiendo, el riesgo de no recibir lo esperado es creciente, no solo aquí sino en muchos países. Escriba en un buscador: “Por qué colapsan los sistemas de pensiones” y encontrará mucha información de lo que pasa aquí, en España, México, EE.UU. y en Europa y la recomendación común es que reduzca el consumo compulsivo y ahorre por su cuenta, adicional a lo que cotiza por ley en el sistema de pensiones, para mantener su calidad de vida.

Volviendo a la aritmética de los sistemas de pensiones, la cosa es que si no hay o no alcanza, deben buscarse formas para que haya suficiente y crezca. ¿Cómo? Formalizando los negocios, controlando que todos coticen correctamente, que las pensiones se asignen en función de las cotizaciones, que las empresas que cotizan no se vayan, crear empleo productivo, revisar las cotizaciones asumiendo por lo menos veinte años de vida después de la jubilación y otras cosas que los economista recomiendan.

Mientras tanto, seguiremos escuchando promesas, más basadas en buenos deseos y captar votos, que en la aritmética básica de las pensiones.

Ingeniero/Pedroroque.net