El Homo Sapiens, suicida y asesino en ciernes del planeta

La historia natural nos recordará como la especie que más daño hizo al planeta. (Si es que hay un mañana y alguien para contarla). Nos describirá como el Homo Sapiens, suicida e insensato asesino de su planeta y hogar creador. Asesino, por su letal agresión a sí mismo y a la naturaleza; suicida, porque su existencia surge y depende de Natura. Toda especie y civilización -dentro de la ley astrofísica de la Entropía- está condenada a desaparecer en el ciclo de auge, esplendor, gloria y caída. Ello, al caer en el “desorden del sistema existencial.” La feroz era industrial; la descontrolada expansión humana -y su desmedida ambición y lejanía de lo divino- serían factores de su caída. El Homo Predator (Humanidad depredadora) es ilusión, dentro de la mecánica cuántica de la física y del tiempo. Aparece de la nada y -finalmente- desaparece, como ocurrió con los grandes reptiles de la Era Mesozoica. El “Hombre Ilusión” –“Homo Ilusio” en latín u “Hominem Ilúdere” (Ilusoria Humanidad) -ya como ilusión cósmica o divina- estará condenada a un similar destino. Sólo invirtiendo la revolución industrial a una revolución natural y agrícola -desde donde nacieron las civilizaciones- podrá el Sapiens sobrevivir a la Historia. De lo contrario el planeta quedará sin él y su perdido reinado. <“La Esfinge Desnuda” C. Balaguer-Amazon>