El ángel de las alas de piedra

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Boa o Mazacuata desalojada en Zacatecoluca, La Paz. Foto cortesía

Por Carlos Balaguer

2020-11-19 6:27:16

El ángel de las alas de piedra me recuerda el alma del hombre del imposible vuelo. Si vemos cuántos ángeles existen en el mundo —humanos, de mármol o de piedra caliza— veremos la triste escena un paraíso de ángeles sin volar. Las figuras angélicas de una catedral o de una pintura sagrada, representan el vuelo del ser a lo divino o a su propio destino. “La libertad de un pueblo necesita la libertad de su corazón”, decían las consignas ante la invasión nazi de la II Guerra Mundial. Las dictaduras de la Tierra se encargan de encadenar a sus pueblos de la misma manera que lo hacen el tabú, las premisas de castigo y obediencia de culturas, credos e imperios. Esto ha sido la oscura regla a lo largo de las civilizaciones. Pero la historia humana también evoluciona. Por tanto, la esplendorosa y cruel civilización moderna tiene que corregir la plana y sentar las bases para un nuevo hombre: el sapiens liberado. De sí mismo y de las cadenas del pasado. El quetzal y el ruiseñor mueren en cautiverio. Es decir ofrendan su vida ante la imposibilidad de ser libres. De la misma manera el ser humano —fugaz y cotidiano— que no es libre se convierte al final en un ser sin vuelo y sin amor, como el frío ángel de las alas y la mirada de piedra. <“Éxodo del Sapiens Estelar al Universo” C. Balaguer-Amazon>