Historias sin nombre, nombres sin historia

Perdidos acaso entre la multitud. Cual sombras en fuga en calles desiertas del mundo y la vida. Ya nadie les mira, conoce ni escucha. Tal vez imaginan que existen y no, sin saber por qué, dónde ni cuándo. Aparecen luego de un día para otro. Sin nombre ni historia; historias sin nombre. Nadie sabe si aman, lloran o sonríen al ángel desnudo del breve destino. Vidas ignoradas que son y a la vez no son. Sólo al otro lado del tiempo y la existencia. Allá donde es cierta la ausencia, el dolor, la risa y mentira. Mientras tanto, allá en la lejanía el precio de vivir sube en la subasta. Nadie sabe dónde van, ni vienen, quiénes ni por qué. Y así pasan de largo; se borran y se olvidan. Nadie más les mira, extraña, ríe ni perdona. Ni pone en su pecho una medalla sobre las cicatrices que dejó su historia. Quién robó su risa nadie sabe o si dejara un poco de felicidad. Miran hacia arriba, sin luz, gloria ni fama. En busca de algún sol se pierden o los traga la noche profunda de algún despertar. ¡Siluetas en fuga que vienen y se van! Sin dejar al andar más rastro que su sombra en el polvo del camino. Silueta sin rostro que se borra de nuevo en las calles vacías de este mundo. Un día entre tantos se los traga el silencio. Mañana tal vez nos digan su nombre. Aunque el mismo sea quizá una mentira. Nombres sin historia; historias sin nombre. <“El Resucitador de Pájaros y Sombras” C. Balaguer-Amazon>