El “susurro de las estrellas” en la noche invernal

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Mari Carmen Aponte fue embajadora de EE. UU. en el país y ahora es voluntaria en la campaña de Biden. FOTO EDH Archivo

Por Carlos Balaguer

2020-09-21 5:35:38

Durante la extensa y oscura noche polar del Ártico la respiración humana se convierte en música estelar. El raro fenómeno es algo inaudito: Dado que en enero hace un frío brutal en la tundra y diversas regiones de Siberia, el aliento humano puede congelarse en el aire, produciendo un “tintineo” que los indígenas yakutas llaman “el susurro de las estrellas”.

Esta poética imagen se debe a la cosmovisión de los nativos del ártico, inmersos en aquella esplendorosa soledad de las gélidas auroras boreales. En la lejanía de aquel distante paraíso polar todo es diferente: En las agitadas y superpobladas ciudades del mundo moderno el hálito humano –en vez de ser un “susurro de estrellas”—se ha convertido en un letal peligro de contagio.

Esto debido a la expansión de un nuevo azote que se cierne sobre la Humanidad: Los virus manipulados como lo es el nefasto COVID-19. Toda esta oscura tragedia de multitudes es algo diferente en la tundra nevada. Allá donde nuestro aliento se convierte en murmullo estelar o en la frase de paz y esperanza.

No obstante -lobos, osos polares, focas y otras criaturas árticas- ven asomar la sombra de un nuevo peligro a su supervivencia: el derretimiento de los glaciares y del permafrost. ¿Qué porvenir se cierne sobre la tundra sideral? ¿Qué mañana incierto espera al hombre, el oso y foca del futuro? <Libros de Carlos Balaguer-Amazon>