Probablemente seamos las últimas generaciones que vean luciérnagas sobrevolando entre frondas, prados y jardines, señalan los científicos naturalistas, advirtiendo sobre su posible extinción. Afirman que éstos lampíridos coleópteros son víctimas de la contaminación lumínica (que altera su natural luminiscencia); la destrucción de sus hábitats y el uso de pesticidas en la industria agrícola. Factores por los cuales sus poblaciones se han reducido drásticamente en el mundo. Estos insectos tienen órganos lumínicos que emiten señales de luz -entre sí- para el proceso de apareamiento. Por tanto, la luz artificial de calles, urbes y poblados, altera su reproducción. Los pesticidas por su parte destruyen tanto a larvas como a adultos, causando un drástico descenso poblacional. Otras causas del siglo como la deforestación alteran y hacen desaparecer sus hábitats naturales. Su conservación es urgente, advierten los ecologistas. Su brillo podría apagarse por siempre si no intervenimos en su ayuda para evitar su extinción. Proteger la floresta, reducir el uso de químicos agrícolas y limitar la iluminación nocturna son claves para que esa luz de vida y equilibrio siga alumbrando nuestro agredido mundo natural. ¡Que siga brillando su esperanza! (Libros Balaguer: Librería UCA y La Ceiba)
Las últimas luciérnagas de luz en extinción
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