El factor Mímesis…

Mímesis es un concepto del mundo estético, psicológico y filosófico. Tiene una amplia gama de acepciones: imitación, similitud, representación, receptividad, mimetismo, expresión, etcétera.

En la antigua Grecia, los filósofos reflexionaron sobre la mímesis como una idea que regía la creación de obras de arte, en particular, la correspondencia con el mundo físico entendido como modelo de la belleza, la verdad y el bien.
La imitación -también el gateo, garabateo, el dibujo, el juego y el juguete- es un factor esencial en el proceso de plasticidad cerebral. Según Piaget “la imitación es la expresión de los intentos por parte del niño para comprender la realidad e interactuar eficazmente con su mundo” (Ginsburg, 1977).

Desde el punto de vista psicológico, la imitación es aquel comportamiento mediante el cual una persona de forma consciente o inconsciente imita los gestos, patrones del habla, o actitudes de otra persona. La imitación se observa a menudo en situaciones sociales, especialmente en compañía de amigos cercanos o familiares. Aprendemos a ser honestos o criminales, puntuales o indisciplinados, responsables o irreverentes, de quienes consideramos nuestros referentes cercanos.

Existe un comportamiento espejo o imitación social. La gente no imita en forma indiscriminada el comportamiento de otras personas, seleccionan a quién imitar; cuando el comportamiento de un modelo es percibido como conducente a resultados que se estiman como valiosos, aumenta la probabilidad de que aparezca un comportamiento imitativo por parte del observador.

Otro mecanismo en el proceso de formación de cultura, es el sistema de recompensas y reconocimiento en nuestra sociedad. La búsqueda de reconocimiento es algo natural y esencial en la vida del ser humano. Hacemos o imitamos todo aquello que nos conduzca a una recompensa y al reconocimiento de los demás.

El psicólogo Albert Bandura explicó las “Teorías del Aprendizaje Social”. Él admite que cuando aprendemos estamos ligados a ciertos procesos de condicionamiento y refuerzo positivo o negativo relacionados a la alteridad.

También se conoce como “efecto camaleón” la tendencia a imitar inconscientemente a las personas con las que nos estamos relacionando. La existencia de este patrón de comportamiento está bien documentado, y parece desencadenarse con la simple percepción de la otra persona. En cuanto entramos en contacto con ella, tenemos buenas posibilidades de empezar a imitar su tono de voz, postura y otros aspectos sutiles relacionados con el lenguaje no verbal.

Se cree que la razón de ser del efecto camaleón es llegar a establecer algo parecido a una sincronía con la otra persona que permita agradarla más y facilitar la comunicación. Además, las personas más empáticas acostumbran a volcarse más en la tarea de imitar al interlocutor. Por otro lado, es muy probable que en este curioso fenómeno estén directamente involucradas las neuronas espejo.

Pero hay otro elemento importante en los procesos de imitación social: la satisfacción vicariante o proyecciones imaginarias.

Tal como señala el psicólogo Joaquín Samayoa: “Mucha gente ve a ciertos personajes como ídolos, los pone en un pedestal, son semidioses que no se equivocan. Y en no pocos casos son las facetas de personalidad más negativas y problemáticas de esos personajes, vistas objetivamente, las que les resultan más atractivas a sus admiradores. (…) ¿Cómo es la relación entre el ídolo y sus admiradores? Las personas que admiran a algún ídolo (político, deportivo, religioso, cinematográfico), obtienen lo que los psicólogos llaman “satisfacción vicariante”; sienten que también ellos tienen un poquito de esa belleza, un poquito de ese valor o de esa habilidad, de esa rebeldía que admiran. Se identifican con sus ídolos, se sienten uno mismo con ellos…”. Son referentes a imitar…; comenzamos a repetir sus discursos, a replicar su forma de vestimenta, a cortarnos el cabello como ellos, a parecernos lo más posible a ellos.
Este elemento también produce un fenómeno de “conducta contagiosa”, todos comienzan a desarrollar una lectura acrítica del personaje o circunstancia, lo cual es reforzado por elementos propagandísticos masivos -redes sociales-; así se refuerza un paradigma o imaginario colectivo fuerte, sólido, difícil de cambiar.

Un axioma popular -atribuido a Göbbels- reza de este modo: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”; en efecto, construir una escenografía colosal en el mundo político es una tarea compleja pero posible, con un ejército de individuos pagados o fanáticos que replican y repiten los mensajes.

Así surgen los mitos, leyendas, caudillos, profetas, mesías, héroes, rodeados de historias imaginarias que se van construyendo con una narrativa y tradición oral y escrita; idealizamos el personaje, limpiamos toda la negatividad y destacamos ciertos aspectos ejemplificantes y magnánimos.

Así también se construyen los neo-nacionalismos, proyectos fascistas y autoritarios, en torno de una figura supra-humana, en dónde sólo esa persona lo sabe todo y posee todas las claves de interpretación de la realidad. Un especie de oráculo o un semidios insustituible, esencial, irremplazable; digno de imitar, pero a la vez inalcanzable…

En la última encuesta del Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) sobre Humor social y político de los salvadoreños, preguntamos: ¿A su juicio, después del Presidente Bukele quién es la persona más importante a nivel político en el país?, la respuesta masiva fue NADIE…

Disclaimer: Somos responsables de lo que escribimos, no de lo que el lector puede interpretar. A través de este material no apoyamos pandillas, criminales, políticos, grupos terroristas, yihadistas, partidos políticos, sectas ni equipos de fútbol… Las ideas vertidas en este material son de carácter académico o periodístico y no forman parte de un movimiento opositor.

Investigador Educativo/opicardo@asu.edu