¡No a la violencia contra la mujer!

No se escuchan posiciones enérgicas de tantas organizaciones que aparentemente velan por los derechos de la mujer ni de las diferentes iglesias; en ocasiones ni el mismo vecindario de los desaparecidos, cada quien en lo suyo, mientras, una mujer es secuestrada, violada y asesinada.

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por Ricardo Lara

2021-12-02 4:13:06

La violencia contra la mujer es histórica. No ha cambiado nada, pero sí en el incremento y en el querer ocultar la realidad. La violencia se ejerce desde personajes públicos hasta en indigentes; tristemente parece que el país no reacciona, y aun, la violencia contra la mujer ha sido permitida por el mismo Estado y ¿qué hace la sociedad? ¡Voltear la cara hacia otro lado!

Debemos aceptar que somos cómplices, callamos. Y debemos entender que la violencia se ejecuta de infinitas formas. No debemos esperar ver a una mujer con su rostro destrozado, no; es el acoso sexual, la ofensa verbal y vulgar, dos cosas muy distintas; la violencia física, donde tristemente la misma sociedad culpa a la mujer.

Y tenemos la peor de las violencias que una sociedad puede experimentar: las desapariciones. Eso no tiene nombre. El país vive una endemia de desapariciones de mujeres como nunca, algo dantesco, de terror y una sociedad que se conforma con encontrar los restos de una joven, se siente agradecida.

Recientemente hubo una marcha en que se denunciaban las desapariciones, un silencio total del Estado y debo aclarar que el dolor no es exclusivo de la mujer porque igual sufre el padre del joven desaparecido; debe la sociedad entender que la vida es cualitativa, no cuantitativa; debe bastar tan solo una muerte, una desaparecida, para que unamos fuerza y hacernos sentir ante el gobierno, y si no nos escucha, empezar a gritarlo.

Todo lo que vivimos es una tragedia y parece que no nos damos cuenta. Mientras regresamos del “Viernes Negro” y preparamos la Navidad hay un hogar que sufre, que busca desesperadamente a su hija, a su madre, a su esposa y será una fecha llena del dolor más horrible que pueda existir. Conozco a tantas familias que día a día emigran, no importa la condición social; lo que no quieren es andar de fosa en fosa buscando a sus hijas, no; eso es insano y parece que a nadie le importa ni la salud mental de ese grupo familiar y mucho menos encontrar con vida a la joven que se la tragó la tierra.

Pareciera una locura, pero acá no con marchas se logra ese clamor de una sociedad debe hacerse escuchar en este tema ya que las desaparecidas es una tragedia de todos los días. Esa violencia de la peor clase debe ser rechazada pero sobre todo visibilizada. No hay crimen perfecto ni mucho menos autoridades perfectas pero la violencia que se ejecuta contra la mujer en este momento es algo que nunca habíamos sufrido en forma tan cuantitativa tan desbordada que no se puede ocultar. Ni en la guerra el desprecio por la vida de una mujer era tanto como ahora; gracias a una joven que escapó momentáneamente de su asesino, El Salvador pudo darse cuenta de lo que ocurrió en #Chalchuapa: que hay fosas, decenas de fosas donde el silencio es el celador; nosotros, los muertos en vida.

No se escuchan posiciones enérgicas de tantas organizaciones que aparentemente velan por los derechos de la mujer ni de las diferentes iglesias; en ocasiones ni el mismo vecindario de los desaparecidos, cada quien en lo suyo, mientras, una mujer es secuestrada, violada y asesinada. ¿Es esto normal en una sociedad? No. No es normal, lo que sucede es que somos ciegos, sordos y mudos y sin un vínculo en común, ni el dolor nos aglutina, no; debe cada padre y madre desfilar con la foto de la desaparecida y volver a sus casas con las manos vacías. Duele demasiado. Este dolor no se debe permitir, pero parece que poco podemos hacer, nada podemos decir. No podemos tapar el sol con la indolencia. No hay día que no haya una foto de una joven o un joven que no aparezca en las redes sociales donde la familia solicita ayuda, información, un compartir el dolor solo tiene un destinatario: la familia.

Estamos ante un magnicidio. Parece que el término estuviera equivocado pues no es a un dignatario al que desaparecen, pero el valor de la vida de una joven supera con creces lo que se llama magnicidio. Cuando vemos los temas de agenda nacional podemos ver Bitcon, 14 volcanes en el país, el exitoso manejo de la pandemia, el exitoso carnaval , ya viene Navidad y el aguinaldo y a lo lejos “¿supiste que la vecina hija de los del pasaje A casa 3 de nuestra colonia llevan 15 días desaparecida?”. Así vemos cómo se oculta esta tragedia.

Médico.