Evaluación Académica del Plan de Control Territorial

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Marvin Sandoval, de 45 años fue atropellado por autobús en San Salvador. Foto EDH/cortesía

Por Carlos Ponce

2019-08-27 6:11:39

Según las estadísticas oficiales, la cantidad de homicidios ha bajado a niveles sin precedentes. Las autoridades atribuyen este descenso a la implementación del Plan de Control Territorial. La versión del oficialismo, sin embargo, no convence a todos.

Hace algunos días, circuló un video en las redes sociales que argumenta que el Plan no es más que una ilusión fabricada y vendida a través de una estrategia comunicacional. El video plantea, por ejemplo, que las visitas de los funcionarios a vecindarios complicados, publicitadas por el gobierno como un componente esencial del Plan, realmente son parte del pago que el oficialismo ha ofrecido a las estructuras criminales para que sean menos visibles.

El video fue bien recibido en las redes sociales. Queda claro, en consecuencia, que muchos se preguntan; ¿Verdaderamente las estructuras criminales han perdido poder, control e influencia en los territorios? La única forma de contestar esta pregunta de forma inequívoca es mediante una amplia investigación de campo, por lo que se vuelve vital diferenciar entre una investigación formal y recoger opiniones de unas cuantas personas sin seguir un protocolo científico.

La semana pasada, este periódico publicó un artículo de opinión que contrastó la lectura de académicos sobre la disminución de homicidios y el Plan de Control Territorial, con la de una persona que vive en una comunidad tradicionalmente dominada por pandillas.

El autor señaló que los académicos interpretan con cautela la disminución en la cantidad de homicidios y advierten que podría haber algo más serio escondido atrás del decremento. Notó que esta apreciación difiere a la de una persona que vive en una comunidad controlada por pandillas, quien le comentó que la situación en su vecindario ha mejorado.

El autor agregó que esta discrepancia no significa necesariamente que una de las opiniones esté equivocada, sino que una se refiere al corto plazo (la de la persona que vive en la comunidad dominada por pandillas) y la otra al largo plazo (la de los académicos). La diferencia, según el autor del artículo, es que la opinión de los académicos es técnica y la de la persona particular no lo es.

Estoy completamente de acuerdo con esta última parte de su afirmación. Las opiniones vertidas por académicos son producto de la interpretación basada en la observación sistemática, técnica, objetiva y amplia del fenómeno y, las de personas individuales, están sesgadas por las vivencias particulares de quienes las vierten. Las opiniones de los académicos se plantean en términos de hipótesis que deben de confirmarse o descartarse a través de la evaluación metódica de información relevante.

Las opiniones de personas particulares son un insumo vital, pero pueden variar significativamente dependiendo de con quién se esté hablando. Por eso es importante tener mecanismos para desarrollar permanentemente investigaciones científicas que permitan recolectar diversas opiniones particulares, identificando cuáles son extremas y cuáles son las más comunes.

No podemos tomar como termómetro infalible la opinión de una o dos personas particulares. Hacerlo sería como dar credibilidad a posturas irresponsables como, por ejemplo, afirmar que las pandillas han dejado de extorsionar solo porque un taxista nos lo comenta.

Debemos dejar atrás esa práctica nefasta de basar nuestra respuesta y análisis de problemas complejos en las opiniones de un par de personas, recogidas y evaluadas sin estructura, método o base técnica. El progreso de las naciones desarrolladas, sin excepción, está vinculado a su capacidad para favorecer la investigación académica científica de los problemas sociales como herramienta central para la búsqueda y evaluación de sus soluciones.

El país necesita dar este paso para cortarle las alas a los funcionarios populistas y descartar las políticas públicas inadecuadas. Sería interesante que el gobierno, por ejemplo, invitara a una universidad a que evaluara el impacto de su plan.