Estonia inspira para soñar un mejor El Salvador

El ejemplo de este país, con características similares a El Salvador, ilustra que es posible lograr nuestros sueños de bienestar, si actuamos con fe y determinación.

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Fotografía fechada el 11 de junio de 2019 y cedida por el departamento de Seguridad Nacional que muestra condiciones de hacinamiento en el puesto de McAllen de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos. EFE

Por José Ángel Quirós

2019-07-08 3:28:06

Recientemente conocí junto a colegas de otros 6 países de la región, la experiencia de Estonia, un país en el norte de Europa con solo dos veces el tamaño de El Salvador y hasta hace 30 años aislado del mundo, pobre económicamente, con deficientes servicios públicos además del hecho de haber estado bajo ocupación Alemana durante la Segunda Guerra Mundial, posteriormente bajo el yugo de la Unión Soviética hasta que en 1991 lograron su independencia.

Considero inspirador que un país con necesidades iguales o mayores a las nuestras lograron salir del subdesarrollo en menos de 30 años y hoy está sirviendo de ejemplo a muchas naciones que quieren una mejor calidad de vida para su gente.

Me impresionó cómo Estonia, luego de su independencia, decidió enfrentar sus grandes desafíos con optimismo, buscando soluciones y dejando los problemas del pasado. Su único objetivo fue poner alto a la falta de oportunidades a la que sus ciudadanos habían estado sometidos, decidieron apostarle a la digitalización y desafiar los retos del mundo moderno.

Iniciaron diseñando un plan para acabar con la excesiva burocracia de los servicios del Estado, decidieron ser uno de los mejores países para emprender y acordaron apostarle a la economía del conocimiento. El plan resultó exitoso, ya que tuvo una visión clara y el compromiso desde la presidencia de la república de impulsarlo; también contó con una estrategia de desarrollo de talento humano y la conformación de equipos de trabajo dedicados a sembrar una cultura de digitalización con una gobernanza independiente y capaz de coordinar y asegurar su ejecución y sostenibilidad. Descubrí que uno de los pilares más importantes fue ver la tecnología no como un fin, sino como una herramienta para alcanzar una vida digna para los ciudadanos.

Estonia se ha convertido en referente para el mundo en cuanto a temas digitales y goza de la admiración de muchos. Ha podido construir un sistema trasparente y accesible, integrador de información, inclusivo, participativo, garante de derechos individuales, seguro y sobre todo un sistema donde la gente se siente dueña de la información. La digitalización en Estonia se volvió parte de su identidad y es hoy un orgullo nacional.

En Estonia el 99,8% de las personas sabe leer y escribir, tiene la banda ancha más rápida y genera la mayor cantidad de emprendimientos del mundo; es el único país con votación desde el celular, se puede inscribir una empresa en 18 minutos y el 99% de los trámites de gobierno se hacen en línea.

El ejemplo de este país, con características similares a El Salvador, ilustra que es posible lograr nuestros sueños de bienestar, si actuamos con fe y determinación. Claro, es necesario definir nuestras apuestas para que después tomemos las medidas que sean necesarias para alcanzarlas. Postergar el bienestar no es una opción y es responsabilidad de todos los salvadoreños.

El Salvador necesita asumir sus retos para alcanzar el desarrollo sostenible. Sugiero que si la digitalización es una vía, al menos pensemos en asegurar una visión compartida entre sector público y privado, adquirir compromisos para reducir la brecha digital, construir alianzas y acuerdos entre sectores, aprovechar esfuerzos ya realizados, desarrollar talento humano y asignar recursos financieros para impulsar el plan.

Entusiasma escuchar que mayor número de instituciones, empresas e individuos están apostando a la digitalización, importante será entonces asegurar el rumbo, la coordinación y la orientación de los mismos para que este clamor sea escuchado y se garantice su eficacia, pero sin perder el sentido humano que la tecnología debe albergar.
Una agenda digital de país debe ser compartida entre el órgano legislativo y ejecutivo asegurándose que todos nos unamos alrededor de ella.

Director Ejecutivo de Fusades.