¿Y después...?

Los beneficios son para los chinos, pues no habrá trabajo para los obreros salvadoreños. Ya se conocen las quejas sobre inseguridad laboral de los nacionales que están demoliendo la biblioteca, bajo la tiranía de los capataces chinos del Yanjian Group.

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El príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II. Foto Archivo. EDH /AFP

Por Teresa Guevara de López

2022-01-08 3:58:24

Paolo Lüers en su carta del jueves comentó que una de las estrategias de Hitler para expresar su megalomanía de dictador con serios traumas de fracaso e inferioridad fue la construcción de proyectos monumentales como un súper aeropuerto y el ostentoso Estadio Olímpico de Berlín. Toda comparación con nuestro panorama actual es perfectamente válida.

Bukele no analiza las consecuencias de sus caprichos, ni el daño que causarán, ni el derroche de recursos en un país empobrecido y endeudado. El HES, un cascarón con fachada, que a menos de un año está siendo remodelado, pues sin el equipo necesario debió trasladar médicos y equipo de otros hospitales, más $25 millones del ISSS. No le importó haber arruinado una de las mejores zonas turísticas de la capital y ni haberse apropiado de las instalaciones del CIFCO, clausurando las actividades que allí se desarrollaban, especialmente CONSUMA en agosto y VILLA NAVIDEÑA en diciembre, grandes fuentes de ingreso para las MYPES, que lograban altos niveles de ventas y eran fuente de diversión y esparcimiemto para la población. ¿Y a él qué le importa la gente y menos los pobres?

El proyecto del estadio es también motivo de alarma por lo descabellado de la ubicación. Los ambientalistas temerosos del daño al medio ambiente por la tala de árboles, la impermeabilidad en la zona que evitará la infiltración en los mantos acuíferos, piden ingenuamente un estudio de impacto ambiental y los permisos para tal construcción. No se han percatado de que se demolió el edificio de la Biblioteca Nacional, porque Bukele dijo que estaba dañado a pesar de que 150 reconocidos arquitectos aseguraron en una carta que el edificio estaba en perfectas condiciones. Ningún estudio de impacto ambiental, ni el daño causado son motivos suficientes para detener otra locura de Bukele. Le vale el medio ambiente.

No le importa que la de El Espino sea una de las mejores zonas de la capital, con nuevas y elegantes urbanizaciones, centros comerciales y la sede de importantes instituciones como FEPADE, ISEADE, la Cancillería y SIECA que sufrirán la suciedad y el desorden que dejan los eventos deportivos, en una zona con fuerte afluencia vehicular donde convergen la Calle a Santa Tecla, la Avenida Jerusalén, la Chiltiupán que exigirán más líneas de buses, generando un verdadero caos. Además de la destrucción innecesaria de las instalaciones de la Escuela Militar, y la construcción de otras, que no se sabe si también correrán de parte de los chinos.

No le importa a Bukele que el beneficio para el país será mucho menor que el costo, pues su forma de gobernar secreta sin dar cuenta del destino de los recursos facilita la corrupción. Los beneficios son para los chinos, pues no habrá trabajo para los obreros salvadoreños. Ya se conocen las quejas sobre inseguridad laboral de los nacionales que están demoliendo la biblioteca, bajo la tiranía de los capataces chinos del Yanjian Group. No les dan copias de los contratos, trabajan de lunes a domingo, y si faltan, el séptimo día se los descuentan. La jornada laboral es de 7 am a 5:30 pm, sin derecho a horas extras. Como carecen de las herramientas de seguridad adecuadas para realizar tan delicada y peligrosa labor de demolición, algunos obreros adultos mayores han resultado golpeados y no han recibido ningún tipo de atención: los han despachado a sus casas sin indemnizarlos. ¿Y el Ministerio de Trabajo? Pues apoyando a los chinos.

Pero China es el país al que Bukele se refiere como amigo, sin importarle el sufrimiento de nuestros compatriotas. También habrá abusos contra mujeres salvadoreñas, que se convertirán en madres solteras de hijos de chinos. El maltrato a dos mujeres periodistas de El Diario de Hoy a manos de un capataz asiático es una muestra de lo que puede deparar el futuro.

Maestra.