Embargo venezolano, ¿una medida efectiva?

Los embargos económicos tienden a fortalecer a regímenes autoritarios, al regalarles una dosis de legitimidad. Maduro, siguiendo los pasos de su predecesor, le atribuirá la crisis económica al “Imperio” y evadirá responsabilidad alguna. El gobernante venezolano lo llamó “terrorismo económico” y en esta ocasión tiene buenos argumentos para convencer a aquellos pocos que no están conformes con la situación, pero sospechan de EE. UU.

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Por Andrés Betancourt

2019-08-08 8:32:19

El presidente Trump firmó una orden ejecutiva congelando todos los activos venezolanos en jurisdicciones estadounidenses y prohibiendo toda transacción económica con el gobierno de Nicolás Maduro y aquellos individuos y establecimientos sujetos a sanciones económicas previas. Estas últimas, conocidas como sanciones secundarias, prohíben a toda persona y/o compañía extranjera realizar negocios con el país sudamericano.

El Asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, catalogó a Venezuela como miembro de un grupo de estados “deshonestos y sin principios”. Dicho grupo incluye a los gobiernos de Cuba, Irán y Corea del Norte, todos sujetos a un embargo económico estadounidense. A pesar de que Bolton prometió que estas medidas serán exitosas, citando casos como el de Nicaragua en 1985 y Panamá en 1988, el embargo venezolano podría fracasar, ahondando más la crisis humanitaria y fortaleciendo a Maduro.

El embargo podría ser inefectivo por varias razones, la más importante, la falta de cooperación internacional, un aspecto crucial para ejecutar la medida. Para que ésta tenga éxito se requiere aislar totalmente al régimen de Maduro del sistema financiero global. No obstante, Venezuela cuenta con aliados importantes como Rusia, China e Irán, enemigos geopolíticos de EE. UU., que no apoyarán la medida. Asimismo, algunos aliados estadounidenses en Europa tienen compañías operando en Venezuela y coordinar un embargo multilateral es logísticamente difícil y quizá antitético a los intereses económicos de aquellos aliados. Basta con ver la dificultad que está teniendo EE. UU. en ejecutar el embargo iraní para tener una idea de la efectividad de este nuevo contra Venezuela.

Por otro lado, el embargo no afecta una de las principales fuentes de financiamiento del régimen madurista, lo que el Centro para Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS por sus siglas en inglés) llama la “Empresa Criminal Conjunta Bolivariana”. Según estudios realizados por la consultora de seguridad nacional IBI, esta empresa – compuesta por el gobierno venezolano y aliados, grupos criminales como: Hezbolá, las FARC, y carteles de droga – ha lavado entre diez mil y cuarenta y tres mil millones de dólares entre 2007 y 2018. Según CSIS, Maduro depende cada día más de este financiamiento, y si el objetivo es aislarlo del sistema financiero global, es importante desarticular esta empresa, algo que el embargo no logrará.

En cuanto a la crisis humanitaria, el embargo aumentará el sufrimiento de los venezolanos al limitar aún más el acceso a bienes esenciales. A pesar de que este hace una excepción a todo bien humanitario, como alimentos y medicinas en su mayoría, es probable que éstos sean incluidos a falta de un protocolo de excepción en la implementación de las medidas. Una mirada atrás a una historia no muy lejana nos muestra cómo las sanciones afectan a la población. Tal como establece Ian Vásquez, del Cato Institute en Washington DC, cuando Naciones Unidas impuso sanciones a Iraq: éstas cuadruplicaron la mortalidad infantil y produjeron cientos de miles de muertes, un precio muy alto a pagar por una política de efectividad inconclusa.

Los embargos económicos tienden a fortalecer a regímenes autoritarios, al regalarles una dosis de legitimidad. Maduro, siguiendo los pasos de su predecesor, le atribuirá la crisis económica al “Imperio” y evadirá responsabilidad alguna. El gobernante venezolano lo llamó “terrorismo económico” y en esta ocasión tiene buenos argumentos para convencer a aquellos pocos que no están conformes con la situación, pero sospechan de EE. UU.

El embargo venezolano trae recuerdos de Guerra Fría a la región. Seria magnifico si éste fuese la estocada final a un régimen inhumano. No obstante, el enfoque del mismo parece no afectar la operación criminal que mantiene al régimen vivo, pero afectará a un pueblo ya cansado de tanto abuso. De no atacar al régimen desde su raíz, el embargo venezolano correrá con la misma suerte que los anteriores.
Estudiante de economía y ciencias políticas