¿Cómo será la salida del letargo de los sonámbulos?

Una somnolencia artificial. El hartazgo de oír una y otra vez lo mismo. Eso es lo que está sucediendo con todos los problemas, nacionales e internacionales. Los bombardeos mediáticos de las oleadas de ineptitud

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Organizaciones feministas protestan en la Plaza Cívica, en San Salvador, el 8 de marzo pasado para denunciar violaciones de sus derechos y una alza en los incrementos de los feminicidios durante la cuarentena. Foto: EDH Archivo

Por Alonso Correa

2021-04-03 9:23:50

El adormecimiento tangente se está convirtiendo en un obstáculo muy difícil de esquivar. El cansancio mental en una población que ha visto cómo se repiten las mismas situaciones una y otra vez creará un bucle que perdurará por generaciones. El entumecimiento social es, y ha sido desde siempre, el arma favorita de los tiranos.
¿Es mejor ser amado u odiado? ¿Para qué elegir? Esa es la pregunta correcta. La repetición y la falta de atención a veces van de la mano. Ocultar un desacierto a plena vista. Gritarlo a los cuatro vientos. En cierto modo, enorgullecerse de haberlo cometido. Sustraerle peso y aminorar el daño que los opositores pueden llegar a crear, arrancándoles de un tajo todas las bases de sus quejas.
Una somnolencia artificial. El hartazgo de oír una y otra vez lo mismo. Eso es lo que está sucediendo con todos los problemas, nacionales e internacionales. Los bombardeos mediáticos de las oleadas de ineptitud: la falta de suministros, la pérdida de dosis, las trampas en los presupuestos, la ineficacia en el manejo de la crisis, los problemas extranjeros. Descubrieron hace poco que se gana más dejando sin quejas a los que se te oponen. Engendrando la semilla del fastidio en los moderados, en los que no desean entrar en un conflicto frontal. Hacerles perder las ganas de seguir atendiendo a cualquiera que vuelva a decir lo que ya han escuchado muchas veces.
Es por ello que no sorprende que sigan los ministerios inútiles, las salidas ilegales a la playa de quienes piden responsabilidad, las huidas políticas a tierras más fértiles o el irrespeto a los sectores más vulnerables sin que la ciudadanía se pregunte si de verdad vale la pena seguir tragando miserias, seguir permitiendo que ganen los ineptos. La sociedad ya está cansada. Cansada de escuchar día y noche lo mismo. El virus, la corrupción, los ataques, las salidas, los problemas. Los individuos se han vuelto insensibles ante la interpretación más básica de estos temas y ya no les interesa seguir prestando atención a algo que está tan masticado.
El problema es que esto no dejará de pasar. La información es infinita y espontánea, pero cada vez serán menos los que escuchen a los que reclaman, pocos los que atiendan el llamado y apenas una fracción los que actúen. El regimiento de la repetición ha hecho su trabajo.
Partícipes de este acto a favor del entumecimiento son estos párrafos: una queja vana contra algo con lo que no se puede pelear. Una repetición más de aquello que se esconde frente a nosotros. Una reclamación ante la inacción. Es el rebote de un eco lejano. Esta anormal situación ha puesto un grueso y opaco cristal frente a las narices de los aturdidos, impidiendo que las protestas aumenten el volumen del ruido blanco que resuena en sus oídos.
¿Cómo será la salida del sueño, el despertar para los sonámbulos? ¿Qué sucederá cuando escampe la lluvia y regrese la monotonía de la normalidad? ¿Se logrará romper el silencio de la inactividad o se mantendrá el ciclo de adormecimiento general? No se sabrá hasta que lleguemos a ese punto. Pero el dolor que le sigue al hormigueo puede ayudar en el cierre del vicio del aburrimiento civil. El efecto alarma que trae el amargo trago de una reanimación apresurada puede hacerle perder el control a los que están tratando con todas sus fuerzas de mantener el sueño ligero de un país asqueado y debilitado por la invariabilidad de las primicias. El tenue destello de la esperanza aún se mantiene vivo en los que, sin importar las veces que lo hayan visto, reaccionan ante la injusticia y las fechorías de aquellos que se alimentan de los frutos del poder. [©FIRMAS PRESS]

Escritor panameño.