Una oportunidad a la capacidad

No ha iniciado la campaña electoral, pero ya es momento de ir pesando en la importancia de las elecciones legislativas y municipales de 2021. Necesitamos políticos enfocados en resolver problemas y no solo en ganar una elección

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La gente baila en la calle mientras un hombre toca música en vivo con un teclado en el área de Soho de Londres el 4 de julio de 2020, ya que las restricciones se alivian aún más durante la nueva pandemia de coronavirus. Foto / AFP

Por Erika Saldaña

2020-07-05 10:38:33

Otra vez, aunque muchos no queramos, el periodo electoral ha iniciado. En medio del mar de promesas que empiezan a surgir de manera anticipada a lo autorizado por la ley, está el hartazgo de la ciudadanía sobre la forma tradicional de hacer política en El Salvador, la cual no ha cambiado nada a pesar de los eslóganes. Y ahora también tenemos encima la preocupación por la crisis generada por la pandemia por COVID-19. Estamos en una época muy difícil para el país, con el agravante de acercarnos a un estresante periodo electoral.
Los políticos saben que el populismo ha sido la forma de ganar las elecciones en el pasado. Regalar cosas, prometer asuntos que en la realidad son imposibles o sin un plan específico, y deslegitimar al contrincante como sea, han sido las estrategias de muchos. Y la falta de educación de la población ha colaborado a que el populismo partidista sea receta para alcanzar el poder legislativo o municipal. Pocos han comprendido que esta forma de hacer política no solo es vacía y hasta absurda, sino que causa un grave daño a la democracia de un país.
La ola populista surge como respuesta a la incapacidad de los políticos a brindar soluciones realistas a los problemas que aquejan a la ciudadanía. Los populistas prometen lo inasequible, el placebo temporal, sin considerar los costos o el déficit que generarán sus propuestas. Los populistas dicen lo que la gente quiere escuchar, aunque sean cuestiones insostenibles. Nadie nos dice la viabilidad de los planes o de donde saldrá el dinero para financiarlos, sobre todo en un país con escasos recursos.
Ahora más que nunca hay que rechazar las campañas y los políticos cuya única carta de presentación sean los discursos y promesas. Es urgente que la política deje de ser solo ruido y exista más capacidad de trabajo de las personas, que sean capaces de construir los cimientos de sus propuestas, que tengan ideas y planes concretos sobre la forma en que resolverán los problemas de la población. Es momento que se deje de improvisar y se ponga al frente a personas que sepan lo que están haciendo y tengan alguna credencial verdadera para optar a un cargo.
Necesitamos gente que sepa dirigir y ser líderes para el país; pero también, urge que esas personas tengan ideas claras, al mejor grupo de expertos para elaborarlas y ejecutarlas, y la capacidad política de negociar consensos entre las distintas fuerzas políticas. Necesitamos personas que tengan la habilidad de escuchar críticas o las buenas ideas de la contraparte, que dejen a un lado el ego político y la manía de desprestigiar a todo aquel que piense distinto. Lo contrario terminará de hundir no solo a la política salvadoreña, sino también al país.
En El Salvador abundan los grupos políticos preocupados por sus intereses y ajenos de la realidad que vive la mayoría. Se adjudican la voz del pueblo cuando poco conocen la precaria realidad que estas personas tienen que vivir con un dólar al día, que han pedido sus trabajos y hacen hazañas para llevar comida a su casa. No tienen como prioridad identificar problemas reales, elaborar respuestas realistas, ejecutar proyectos ni medir consecuencias; lo único que tienen en mente es ganar.
No ha iniciado la campaña electoral, pero ya es momento de ir pesando en la importancia de las elecciones legislativas y municipales de 2021. Necesitamos políticos enfocados en resolver problemas y no solo en ganar una elección; con la capacidad técnica suficiente para tomar las decisiones más adecuadas para el país y no personas que lo único que han hecho es gritar en redes sociales. Ya es momento de que le demos una oportunidad a las personas con capacidad comprobada.

Abogada constitucionalista.