Un momento de reflexión

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por Manuel Hinds

2020-11-26 7:11:33

Con la campaña de las elecciones de diputados a punto de comenzar, este es un momento para reflexionar cómo fue que el presidente ganó las elecciones de 2019, especialmente porque este evento está lleno de mitos, como el de que sacó una cantidad de votos y un porcentaje del total de estos no vistas jamás en El Salvador. Para que empiece a pensar, dese cuenta de que sacó menos votos que Sánchez Cerén en 2014. No sólo eso. Vea usted en la gráfica adjunta (con datos del Tribunal Supremo Electoral) que sacó menos votos que el candidato que perdió en el 2014, Norman Quijano. Es decir, aun con una población votante que había crecido, el presidente hubiera quedado en tercer lugar en 2014 con los votos que sacó en 2019. Como porcentaje del electorado, el presidente sacó el 27% de los votos posibles. No es una gran victoria, en realidad.

Caiga en la cuenta entonces de que lo que ha dado la imagen de invencibilidad al presidente no son los votos que ha recibido sino las campañas mediáticas basadas en encuestas, algunas producidas por personas que están en su equipo de propaganda, y otras que, como se acaba de ver en Estados Unidos, pueden estar muy erradas. Recuerde, entonces, que lo que vale son los votos, no las encuestas. Y que en los votos efectivamente recibidos, el presidente está débil.

Y en los votos, más que una victoria fue una derrota de los dos partidos grandes. Fue un mandato negativo, para que estos partidos salieran del gobierno, no un mandato para que el nuevo presidente deshiciera la institucionalidad democrática que tantos sacrificios había costado instalar.

El mandato se manifestó de distintas maneras en cada uno de los partidos más grandes. ARENA perdió 718,501 votos con respecto a 2014 y el FMLN 1,106,526. De esos, algunos no votaron y otros se pasaron a votar por GANA, y por razones diferentes. Los de ARENA, muy probablemente son personas que se quedaron en casa como resultado de los conflictos internos del partido. Hay cálculos confiables que indican que la inmensa mayoría de los votos que perdió el FMLN se fueron a GANA, para darles una lección a los que dirigen el partido. Eso debe representar más del 70% de los votos que capturó el presidente.

Dados los desastrosos resultados del primer año y medio de la presidencia actual, y el seguro prospecto que enfrentamos de una tiranía ya en construcción, un punto de reflexión es, para los que se quedaron en casa, ¿valió la pena esa protesta, se evitó un mal mayor al no ir a votar, o contribuyeron a la instalación de una tiranía peor que la que jamás tuvimos? El segundo punto de reflexión es: ¿voy a cometer el mismo error quedándome en casa otra vez?

La actitud de quedarse en casa asume que si yo ignoro la política, ésta me va a ignorar a mí. Ya deberían de estarse dando cuenta de que a este gobierno no puede ignorársele porque está pasando por encima de todos los derechos de todos los ciudadanos.

Los que se pasaron a votar por GANA tienen puntos de reflexión muy similares. ¿Es el gobierno arbitrario que tenemos el que ellos habían buscado?

Ojalá que al menos los que se quedaron en casa vuelvan a votar. Ya con ellos se le gana a GANA-Nuevas Ideas. La derrota sería aplastante si los que se pasaron a GANA recapacitan también.

Máster en Economía Northwestern University.