Lo que nos estamos jugando en estas elecciones

Exhorto a todos los buenos salvadoreños a acudir este próximo domingo 28 de febrero a ejercer su responsabilidad patriótica, votando por la República.

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Los precios más altos de estas últimas variaciones han estado en el occidente del país. Foto EDH / Archivo

Por Humberto Sáenz Marinero

2021-02-23 5:50:01

Estamos a días de la elección de diputados y concejos, en un escenario que nunca habíamos tenido en procesos electorales previos. Refiriéndome de manera especial a la elección de diputados, tenemos que darnos cuenta de que nos estamos jugando la República y que hay que salir a defenderla con una de las herramientas más importante para ello: nuestro voto.

Nos jugamos la República porque los candidatos del partido del presidente, y sobre todo los del partido Nuevas Ideas, están dispuestos a llegar al recinto legislativo a ser una mera continuación del Órgano Ejecutivo y a acuerpar los arrebatos presidenciales. Están dispuestos a romper con el principio de separación de poderes y con ello eliminar los frenos y contrapesos imprescindible en todo Estado de derecho.

No es poca cosa escuchar las intervenciones de esos candidatos, y darse cuenta de que su única propuesta es la de apoyar ciegamente al presidente y contribuir a su idolatría. Semejantes respuestas deberían ser suficientes como para disuadir a cualquiera votante que se tome en serio su responsabilidad constitucional de emitir el sufragio. No es poca cosa darse cuenta de que desde Casa Presidencial hay todo un plan orquestado para literalmente “tomarse” las instituciones y manipularlas a su antojo. Que el secretario jurídico de la presidencia haya dicho sin sonrojo, que había votado por magistrados de Corte Suprema de Justicia que contribuyeran con la modernización del Órgano Ejecutivo, no puede ni debe ser tomado a la ligera.

Yo estoy, como muchos, frustrado por las actuaciones de los partidos tradicionales, y no pongo en tela de juicio su responsabilidad en los actos de corrupción que tanto daño han ocasionado a nuestro país, ni puedo dejar de reprocharles la histórica oportunidad perdida al no aprovechar la reestructuración de nuestro sistema luego de firmados los acuerdos de paz. Pero eso no implica que esté dispuesto a entregar el país a un grupo de personas con inexistente vocación democrática y talante autoritario.

Por eso exhorto a todos los buenos salvadoreños a acudir este próximo domingo 28 de febrero a ejercer su responsabilidad patriótica, votando por la República. Hay nuevos partidos políticos con candidatos tremendamente preparados, honorables, sin pasado político y con propuestas legislativas serias. Yo personalmente pienso que es el momento exacto para darle oportunidad a esas nuevas propuestas y permitir que sean otros los actores políticos.

Sin perjuicio de ello, reconozco que algunos partidos tradicionales han hecho verdaderos esfuerzos por presentar propuestas decentes. Lamento que lo hayan hecho hasta tan tarde, pero es cierto que algunos se dieron a la tarea de buscar rostros frescos y alentadores. Reconozco que lo han logrado y que entre las filas de algunos de estos partidos hay muy buenas propuestas.

Gracias a las decisiones de la Sala de lo Constitucional, hoy nos resulta factible analizar de manera individual estas propuestas y dar nuestro voto de manera directa a las personas que nos generen más confianza; no desperdiciemos esa posibilidad.

Necesitamos contar con oposición en la Asamblea Legislativa, pero no con una oposición cualquiera, sino con una que de manera inteligente y sensata, pueda controlar y frenar los abusos que se vienen cometiendo desde hace ratos en el Órgano Ejecutivo. Necesitamos diputados valientes, intachables y preparados, que sepan como enfrentar el caudillismo que ya nos está ocasionando tanto daño. Diputados que con criterio y responsabilidad, elijan a su vez a funcionarios de otras instituciones como Corte Suprema de Justicia, Fiscalía General, Procuradurías, Corte de Cuentas, Tribunal Supremo Electoral, etc. No podemos permitirnos que estas instituciones también estén controladas por el Órgano Ejecutivo; sin ser alarmistas, eso significaría la extinción de nuestra república. Votemos, y votemos bien.

Abogado.