Cinco semanas: la cuenta regresiva

Muchos ministerios paralizan sus trabajos de rutina dedicándose a repartir canastas solidarias, haciendo propaganda a la N, pretendiendo comprar a quienes, por una pequeña dádiva, venden su libertad, su dignidad y su Patria

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Juan Cortés (izq.) dirigiendo su primer entrenamiento como técnico de Metapán. Foto Isidro Metapán.

Por María Alicia de López Andreu

2021-01-22 6:45:42

Estamos a 5 semanas de las elecciones para Concejos y Diputados a la Asamblea Legislativa y al PARLACEN.
Tristemente, pareciera que muchísimos salvadoreños se sienten atraídos por un ente amorfo, sin identidad, sin ideología, sin valores morales, sin declaración de principios y sin rostro, que se escuda tras una bandera celestita que luce una “N”. Y, ojo: ya los cabecillas (no les llamaré dirigentes) aclararon que esa letra mayúscula no significa Nuevas Ideas, como se llama el partido oficialmente inscrito a esas elecciones, No, por favor. Esa N significa Nayib. ¡Vaya maravilla!
Pretenden despojar esas elecciones de su esencia: el evento en el que elegiremos a nuestros representantes por los próximos 3 años, quienes realizarán en nuestro nombre, mediante el poder que les otorgamos, las importantísimas elecciones de segundo grado que corresponden. Quieren convertirlas en la entronización del Excelentísimo, dotándolo de un poder absoluto, con el que él y toda su camarilla terminarán —sin oposición alguna— la tarea que con tanto éxito ya comenzaron: la destrucción de nuestro país, no sólo en el aspecto social, político y económico, sino, lo más peligroso, quebrando nuestro espíritu de lucha y el amor patrio que, por incontables veces, ha sido el motor que nos ha impulsado a salir de las innumerables crisis que hemos vivido.
A Dios gracias, hay ciudadanos inmunes a la propaganda oficialista, atentatoriamente invasiva, mentirosa e insultante que estamos padeciendo. Prueba de ello es el movimiento espontáneo y multitudinario “Prohibido Olvidar”, que incendió las redes sociales y saltó a las páginas editoriales y de opinión de los medios escritos. Eso ha indignado tanto al Excelentísimo que, en su afán por amortiguar su monumental metida de pata, pretendió cambiar la conmemoración de la firma de los Acuerdos de Paz, nombrando el 16 de enero como el día de las víctimas del conflicto armado, o no sé cuál ideota similar. Una reacción que, inmediatamente, le trajo la repulsa de las víctimas organizadas de ese conflicto, quienes tienen años de pedir que se establezca esa conmemoración en agosto. De ninguna manera pretenden eliminar la conmemoración del 16 de enero tal y como está. Esto puso al Excelentísimo en un enorme ridículo, porque fue demasiado obvio que la ideota surgió en reacción al movimiento Prohibido Olvidar. Porque, si tanto quería “honrar” a las víctimas del conflicto, ¿por qué no les apoyó antes en su deseo, del que aparentemente ni siquiera estaba enterado?
Otra reacción importante la han tenido los damnificados del terrible deslave ocurrido en Nejapa, quienes “agradecen, pero no desean” vivir en las casas que el Excelentísimo les ha “regalado” (aunque la Ministra del ramo dice que sí pero que no). Ellos, con todo derecho, quieren regresar a su entorno, sintiéndose actualmente marginados porque sus vecinos esperan que cumplan con todos los requisitos que en esa colonia exigen para el buen vivir. Un fracaso más al querer utilizar como propaganda política las desgracias ajenas.
Y mientras, muchos ministerios paralizan sus trabajos de rutina dedicándose a repartir canastas solidarias, haciendo propaganda a la N, pretendiendo comprar a quienes, por una pequeña dádiva, venden su libertad, su dignidad y su Patria. Ojalá se den cuenta de la realidad y no cometan el error de votar por la N. Porque el celestito de esa bandera se convertiría en nuestra mortaja.

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