OPINIÓN: Greta y los espectadores

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Manuel Hinds / Foto Por Archivo

Por Manuel Hinds

2021-03-11 5:39:15

En los últimos días he participado en muchas conversaciones en las que el tema ha sido ¿Qué hacer para defender la democracia después de los resultados de las elecciones del 28 de febrero? Observar estas conversaciones me ha recordado de una historia que me contó un amigo argentino. Su abuelo llegó a Argentina como asistente de guardavías con el ferrocarril inglés a fines del siglo XIX. Pero pasaron los años y las décadas y nunca recibía una promoción, algo que él atribuía a que su nacionalidad no era inglesa sino irlandesa. Un día se abrió una plaza de guardavía y él aplicó al concurso que se organizó para llenarla compitiendo contra varios ingleses.
En el día señalado apareció un inglés que comenzó a hacerle preguntas: “Supóngase que usted está a cargo de la vía un desvío en una noche muy oscura y le avisan que dos trenes se acercan a gran velocidad, ¿qué haría usted?”. El abuelo contestó: “Muy fácil, muevo las líneas y mando uno de los trenes hacia el desvío”.
—¿Y si se traba el derivador?
—Entonces enciendo la señal roja del semáforo.
—¿Y si no hay electricidad?
—Entonces saco mi linterna roja de gas y me paro en la línea para que me vean.
—¿Y si la linterna no tiene gas?
—Tomo ramas y las enciendo en la vía”.
—¿Y si empieza a llover y se le apaga el fuego?
—¡Ahhh, entonces llamo a Greta!”
—¿Y quién es Greta?
—Mi mujer, y le digo: Ven a ver el choque más grande que verás en tu vida...
Es bien fácil sentirse como el abuelo en conversaciones en las que usted propone hacer lo posible para salvar la democracia y se encuentra con lamentaciones que al final apuntan a decir que es imposible preservar la democracia porque no hay condiciones para hacerlo.
La primera lamentación es que la democracia ha fracasado y hay que pensar seriamente en inventar un nuevo sistema que la sustituya. Esta lamentación no es válida como defensa de la democracia. La democracia liberal descansa en dos grandes principios: que la soberanía reside en el pueblo y que todos, incluso los gobernantes, deben obedecer al imperio de la ley. Esto es lo que el presidente quiere eliminar. Si usted está de acuerdo con él, pásese a Nuevas ideas, pero de frente. Que no le dé pena. La segunda gran lamentación es que no hay líderes con carisma ni partidos políticos que entusiasmen. Esta lamentación ignora tanto la lógica política como la experiencia histórica. La falta de liderazgo siempre se da al principio de las crisis. Si los líderes y los partidos fueran satisfactorios, los países no habrían nunca llegado a situaciones como la nuestra, y casi todos, en algún momento, lo han hecho.
Estas lamentaciones son iguales a las que se expresaban en los Ochenta diciendo que era demás oponerse al comunismo porque ya había ganado en todo el mundo. Localmente, no era factible oponerse a Duarte, porque había ganado mayoría calificada en la Asamblea con el apoyo del PCN. Todos sabemos lo que pasó con estas dos imposibilidades a pesar de que cuando la crisis comenzó no había líderes ni partidos que pudieran enfrentar a ninguno de los dos.
Este gobierno, sin planes ni capacidades, perderá rápidamente el apoyo tan grande que tiene porque no podrá resolver los problemas tan graves que afectan al país. Mientras esto pasa, hay que preparar un ambiente de unión alrededor de políticas de lo único que nos puede llevar al desarrollo, la inversión en capital humano, para que surjan partidos políticos y líderes que las promuevan en las elecciones y las pongan en práctica después, todo esto con la dignidad de la libertad. Esto toma tiempo y esfuerzos, pero nadie dijo que la democracia fuera fácil.
Ojalá que esto se comprenda a tiempo, porque si no, como en la historia de mi amigo, y bajo la influencia de los espectadores que lo quieren todo servido, mientras ellos duermen, por esos líderes y partidos que ahora no existen, sólo nos quedará llamar a Greta, con la diferencia de que las víctimas del choque no serán hipotéticos pasajeros sino nosotros mismos, atrapados dentro de las rejas de un régimen anti-democrático.

Máster en EconomíaNorthwestern University