Constructores de nuevos escenarios

Los jóvenes son el mayor grupo poblacional en el país e incluso con capacidades para provocar un tiempo más a nuestro a favor, que viabilice un país con nuevos escenarios, alejado de la corrupción y viejas prácticas de los sectores políticos tradicionales y los que han surgido recientemente con su arribo al poder.

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Espectadores, muchos sin mascarilla, en el concierto del pasado 7 de diciembre en el Carnaval del Puerto de La Libertad. Foto Yessica Hompanera

Por Mauricio Ticas

2020-12-10 10:00:13

Desde muy pequeño ayudo al modesto negocio familiar de materiales de construcción. Mi padre me llevaba desde los 8 años de edad para inculcarme el valor del trabajo y la importancia de apoyar y tratar bien a los clientes, pues son trabajadores que enfrentan la inclemencia del tiempo que puede ser un infernal sol o una incómoda lluvia que, a veces, obliga a una doble tarea. Ese aprendizaje con mi papá me forjó un alto sentido de responsabilidad de servicio y administración de lo que hemos forjado con años de trabajo, lo cual asumí con mi madre y mis hermanos, tras el fallecimiento de papá.
Las lecciones que a diario aprendo de los albañiles que llegan desde muy temprano a nuestra ferretería son muchas y tan variadas, que sería imposible no interiorizar y sentir la necesidad de construir nuevos escenarios para que estos hombres y sus familias puedan ver un mejor horizonte en sus vidas, condenadas a la pobreza, marginación y explotación por gobiernos de las más variadas ideologías que deben dar paso a nuevas generaciones.
A la par de ellos he visto llegar niños y jóvenes, cuyos sueños, algunas veces, quedan enterrados en el cemento ajeno que endurece la columna de una casa que ni por cerca llegarán a tener, si el país sigue tratándoles como ciudadanos de segunda categoría, sin oportunidades de estudio, ahorro o acceso a programas educativos que la niñez y la juventud tienen derecho.
Actualmente, según los sondeos de opinión de importantes casas encuestadoras, como la UCA y la Universidad “Francisco Gavidia”, los jóvenes son el mayor grupo poblacional en el país e incluso con capacidades para provocar un tiempo más a nuestro a favor, que viabilice un país con nuevos escenarios, alejado de la corrupción y viejas prácticas de los sectores políticos tradicionales y los que han surgido recientemente con su arribo al poder.
Los albañiles y constructores que a diario visitan nuestro negocio han debido actualizarse con algunos recursos y materiales para las nuevas edificaciones, actitud que en diversos ámbitos del servicio público muchos se niegan a impulsar.
Yo creo que el país dispone de gente suficientemente dispuesta y capaz de construir nuevos escenarios tecnológicos, digitales y laborales que sabrá combinar un necesario relevo generacional dignificando a los que deben dar paso ordenado a nuevos pensamientos, que solo serán posibles si se combinan con la experiencia de lo que se hizo bien y aquello que no ha funcionado.
Cuando mi padre falleció, mi madre, mis hermanos y yo debimos sortear verdaderos obstáculos que casi nos obligaron a rendirnos, pero no fui así; tomamos decisiones de aprovechar aquello que nos significaba ahorro o accesibilidad como la educación pública y en la intimidad familiar como renunciar a pequeñas comodidades. El país necesita esas experiencias para responder a una Nación que demanda medidas concertadas para salir adelante, como en una familia. He visto a don Carlos, un hombre que cada fin de semana, ha llegado persistente y disciplinadamente a comprar materiales de construcción en pequeñas cantidades para edificar su propia casa que, por cierto, está por terminar. ¿Cómo lo hace? Con las no muy generosas ganancias de una venta de tortilla que tiene cerca de nuestra ferretería.
Esas historias me animan a pasar a un nuevo nivel de servicio, el público, en el que pueda aportar como ciudadano, emprendedor, teólogo y joven comprometido, pues es mi tiempo, es nuestro tiempo de servir más allá de la comodidad empresarial.

Teólogo y emprendedor