OPINIÓN: Salvemos a la Patria

Los salvadoreños no somos un pueblo con vocación de siervos, sometidos y humillados por un dictador, porque tenemos el voto, arma poderosa para cortar de raíz el peligro de caer en manos del clan Bukele. Somos todos los que amamos esta tierra y estamos dispuestos a defenderla como hicieron nuestros Próceres.

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Por Teresa Guevara de López

2021-01-09 5:13:21

La Patria está en peligro de perder la libertad y el arduo camino hacia la democracia, que logramos con el doloroso conflicto armado y con los Acuerdos de Paz. Porque la más alta magistratura de la Nación ha caído en manos de un joven oportunista, que con más dolo que ignorancia, ha diseñado el maquiavélico plan de convertirse en dictador permanente, irrespetando la Constitución, desprestigiando a los poderes Legislativo y Judicial e insultando a quienes se le oponen. Para lograrlo, se ha rodeado de una serie de malos salvadoreños, que se han vendido, para beneficiarse de las oportunidades de los altos cargos, que no tienen la capacidad para desempeñar, negándose a dar cuenta del destino que han dado a los fondos públicos que han manejado, producto de nuestros impuestos.

El gobernante y su camarilla ya no tienen vergüenza de esconder sus intenciones y descaradamente anuncian en mupis publicitarios, que las próximas elecciones les dará total control de la Asamblea, para que así puedan consolidar sus nefastos propósitos, destruyendo el Estado de Derecho y la República, con el vergonzoso apoyo de las fuerzas armadas, que olvidando su sagrada misión de defender a la Patria, se han sometido a Bukele.

Para mantener una imagen de redentor mesías que lucha por el pueblo, a quien sacará de la pobreza, gasta millones de dólares en publicidad para dar al mundo, una endiosada y falsa imagen de su persona. En redes sociales aparecen entrevistas a ciudadanos en países de Suramérica, sobre el concepto que tienen del presidente de El Salvador, a lo que ingenuamente responden que es el mejor de América Latina, deseando que sus países tuvieran un gobernante como él, que incluso ayudó a los hermanos centroamericanos que sufrieron con las tormentas.

Presume del nepotismo reinante, presentando a sus hermanos y familiares que ostentan cargos públicos, como profesionales destacados, que han puesto su talento al servicio del pueblo. Quienes desconocen la realidad, felicitan a los salvadoreños por la suerte de contar con una dinastía que los gobernará durante los próximos 30 años en paz y prosperidad. Ya en CAPRES se exhibe un monumental cuadro de Nayib con su padre, cuyas enseñanzas parece haber olvidado.

Pero los salvadoreños no somos un pueblo con vocación de siervos, sometidos y humillados por un dictador, porque tenemos el voto, arma poderosa para cortar de raíz el peligro de caer en manos del clan Bukele. Somos todos los que amamos esta tierra y estamos dispuestos a defenderla como hicieron nuestros próceres.

Somos esa gran mayoría que no recibimos el bono de $300, ni los paquetes de alimentos a cambio de nuestro DUI para afiliarnos al NI, ni aplaudimos las groserías del presidente en sus tuits, ni somos dueños de una casa en la lotificación de Chepe Diablo, ni formamos parte de ese pequeño porcentaje que votó por Nayib porque ingenuamente creyó en sus mentiras de un paraíso en que reinaría la honradez y la transparencia, y que todavía no se han dado cuenta de que a pesar de los millones recibidos, el dinero no le alcanza porque todo se roba.

Como muchos de los que forman esa gran mayoría no votaron por las razones que consideraron válidas, en esta oportunidad todos masivamente, con fervor patriótico, nos acercaremos a las urnas, para elegir diputados honrados, que no se conviertan en lacayos obedientes del gobernante, traicionando a la Patria. No hay que ver el futuro tan negro como lo vaticina Bukele, con una Asamblea totalmente sometida a sus caprichos. Somos más los que con nuestro voto, los derrotaremos el 28 de febrero.

Maestro.